A lo largo de nuestras vidas nos juntamos con muchísimas personas (somos seres sociales y es lo que hay), y precisamente por eso es muy importante saber con qué tipo de personas nos estamos juntando. ¿Son personas que nos aportan algo o, por el contrario, nos restan? ¿Son relaciones sanas o relaciones tóxicas? Pues hoy te daremos unos consejos que te servirán para poder identificarlo.
Ahora te mostraremos unas cuantas actitudes que son propias de las personas tóxicas:
Atentos a las quejas y a las críticas
Hay personas que viven para hablar mal de todo en todo momento: si hacéis planes, se queja de la hora, el lugar y la compañía; si le presentas a alguien, solo verá su lado malo y lo criticará sin piedad.
Y no solo eso, cuando esa persona quede contigo, puede que dedique gran parte de su tiempo a criticar a la persona con la que estuvo el día anterior… ¿Lo hará contigo también cuando quede con otra persona al día siguiente?
Falta grave de empatía
Hay personas que no prestan nada de atención a lo que les hablas. Les comentas tus problemas y, en lugar de empatizar contigo, entenderte e intentar aconsejarte, no te apoya, pasa del tema o, simplemente, muestra ‘molestia’ de que le cuentes ‘tus problemas’. Eso sí, cuando son sus problemas, el mundo tiene que pararse para ellas. De ser así, puede que esta persona sea un pelín tóxica.
El victimismo como bandera
Nada es su culpa. Todo lo malo que le pasa es por culpa del resto del mundo (esa persona nunca se equivoca). Y nos solo eso, sino que utiliza ese victimismo para intentar conseguir siempre lo que quiere.
Si esa persona quiere algo, intentará dar pena con sus cosas para que tu modifiques tus planes y la acabes complaciendo. Dar pena no es una buena forma de gestionar una amistad.
Egocentrismo y negatividad
Si esa persona (pareja, amistad, familiar, etc) es siempre «Yo, yo y después», lo más probable es que tú no seas más que un ‘accesorio’. Alguien que mira por sí mismo es alguien egoísta, sobre todo cuando se trata de relaciones afectivas cercanas.
Una relación tiene que ser recíproca y estar lo más equilibrada posible (el 50-50 es imposible, pero sí algo cercano a eso). Si no es el caso, acabarás por quemarte, te lo aseguro.
Cuidado con las ‘desapariciones’
¿Siempre que le escribes para comentarle un problema, ‘desaparece’? ¿Tarda horas en contestarte cuando se habla de ti y no de él? Esta suerte de ghosting intermitente es fruto del egoísmo y de una nula preocupación por tus problemas. Y es que, muy probablemente, cuando a esa persona le convenga, te contestará de forma inmediata.
A vosotros, ¿qué os ha parecido estos consejos?
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Fuente: Rolloid.
Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: