No nos vamos a engañar: todos los que estamos aquà hemos copiado en un examen. Puede que haya sido una sola vez o que fuese algo regular, pero lo cierto es que el intentar garrapiñar información es algo casi instintivo en nuestra especie.
Cuando se trataba de copiar, todo nuestro cuerpo se activaba para ello: el control de los nervios, el tener siempre un ojo puesto en el profesor y, sobre todo, la capacidad de ocultación de aquello que contenÃa la información que estábamos copiando.
En mi época (soy de la última remesa millennial), lo normal era llevar una notita de papel, algo escrito en las piernas, por encima de las rodillas y por debajo del pantalón corto y, ya más recientemente, algún que otro aparato tecnológico como el teléfono o un smartwatch. Pero hoy veremos un método que, como mÃnimo, se merece estar expuesto en un museo.
El apasionante e imaginativo mundo de las chuletas
Eso sÃ, llevases lo que llevases, si te pillaban, estabas jodido. Lo normal era que, si te pillaban, el profesor se quedase con la chuleta para hacer las respectivas comprobaciones. La protagonista de nuestra historia de hoy hizo exactamente eso hace unos años con un alumno y, a dÃa de hoy, sigue conservando la maravilla de la ingenierÃa que confiscó.
Yolanda de Lucchi (@procesaleando), profesora de la carrera de Derecho en la Universidad de Málaga, compartió lo que ella califica de «una reliquia universitaria» y que confiscó a uno de sus antiguos alumnos hace ya unos años.
La magia de los bolis Bic
Como podréis apreciar en las fotos, la reliquia consiste en unos cuantos bolÃgrafos Bic que, en su superficie, tienen grabado todo el temario de la asignatura en cuestión. Lo increÃble es que está tallado a mano y, a pesar de ser tan pequeño, puede leerse perfectamente.
Haciendo orden en mi despacho he encontrado esta reliquia universitaria que confiscamos a un alumno hace unos años: el derecho procesal penal en bolis bic. Que arte! #laschuletasnosoncomoantes pic.twitter.com/3J4LMn0RQF
— Yolanda De Lucchi (@procesaleando) October 5, 2022
«¡Qué arte! Las chuletas no son como antes», señala la profesora en su post. el tweet, como ya os podréis imaginar, ha sido todo un éxito y, en este preciso momento, ya acumula casi 250.000 ‘me gusta’ y decenas de miles de compartidos, que se dice pronto.
Pero toda esta historia tendrÃa un nuevo giro cuando el usuario Gonzo intervino para decir que conocÃa al autor de esa maravillosa obra. De hecho, a pesar de que no revelarÃa su identidad, sà pudo mostrar otros bolÃgrafos parecidos que todavÃa conservaba porque, básicamente, no consiguieron pillarle.
La técnica utilizada pro el artista, según me cuenta él mismo, era la de suplir la mina de grafito de un portaminas por una aguja, lo que le hacÃa súper fácil el escribir en el bolÃgrafo. pic.twitter.com/oDqkniYPjn
— Gonzo (@gnlhi) October 5, 2022
«La técnica utilizada por el artista, según me cuenta él mismo, era la de suplir la mina de grafito de un portaminas por una aguja, lo que le hacÃa superfácil el escribir en el bolÃgrafo», señala el usuario.
Esta es otra prueba que nos confirma que, cuando se trata de salirse con la suya, el ser humano es capaz de llevar a cabo las cosas más imaginativas, elaboradas y maravillosas. aunque sean sobre un boli Bic.
A vosotros, ¿qué os ha parecido todo esto?
Si os ha gustado este artÃculo recordad que más abajo podéis disfrutar de otros que, con casi total seguridad, os resultarán igualmente entretenidos… o eso esperamos, porque la verdad es que los hemos hecho con mucho cariño.
Fuente: 20 minutos.