Vivimos en el mundo de la imagen. Es cierto que, casi desde el principio de la humanidad, el aspecto que mostramos al resto del mundo es fundamental para establecer nuestro estatus dentro de nuestra comunidad. Pero claro, con el auge de las redes sociales, esto se ha ‘disparado’ todavía más hasta límites, en algunos casos, insostenibles.
El amor propio no conoce de edades
La presión por ‘lucir bien’ es muy fuerte, pero Julie, la protagonista de nuestra historia de hoy, no piensa ceder un solo milímetro ante dicha presión. Ella no ha necesitado ningún ‘milagro estético’ para, a sus casi 70 años, lucir como si tuviese 20 o 30 años menos. Y es que parece que el tiempo haya decidido no pasar por su cuerpo.
Esta mujer, oriunda de Sussex, Inglaterra, la edad no importan en absoluto. No es que solo sea un número, es que no es real para ella. Ella, a lo largo de su vida, ha sabido mantener su carácter optimista y sus ganas de vivir y, a pesar de pasar ya las siete décadas de vida, sigue con la misma vitalidad que cuando tenía 20 años.
La vitalidad que nace de la oscuridad
Eso sí, estas ganas de vivir no llegaron de la nada y tienen su raíz en un momento muy difícil por el que tuvo que pasar. En 2012, cuando Julie se encontraba en la flor de la vida, tuvo que luchar duramente contra un cáncer de mama que le afectó ambos pechos.
Este fue un proceso duro y largo, pero que, por suerte para Julie y gracias al excelente trabajo de los médicos, consiguió superar. Fue entonces cuando esta orgullosa abuela decidió tomarse cada día como su fuese el último, haciendo solo aquello que la hiciera sentir bien, a ella y a sus seres queridos. Y, por lo visto, no le ha ido nada mal.
La clave está en el deporte
Uno de los ‘secretos’ de Julie es el deporte: a ella le hace muy feliz ejercitarse siempre que puede y, de hecho, ella estudió educación física en la universidad y su marido, Jerry Armstrong, es un reconocido arbitro del torneo de Wimbledon, por lo que siempre, de una forma u otra, ha estado ligada al deporte.
El deporte es el pilar de su aspecto actual y por lo que le gusta presumir de cuerpo posando en bikini sin un solo complejo. Pero si es que, no contenta con irse a lucir tipazo a la playa, también aprovecha sus baños en el mar para hacer deporte. ¡No hay quien la pare!
“He pasado toda mi vida mostrando mi cuerpo, no porque sea vanidosa, sino porque me siento bien. A menudo dicen que una vez que llegas a los 50 te vuelves invisible, pero yo no pienso pasar por eso. Se me hace raro pensar que tengo 70 años, porque no me siento así absoluto”.
A vosotros, ¿Qué os ha parecido la historia de Julie?
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Fuente: Upsocl.
Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: