Las redes sociales son un lugar en el que podemos ver la mejor y la peor cara del ser humano. De la misma forma que encontramos historias maravillosas, también encontramos otras que nos hacen perder la fe en la humanidad. Y es exactamente esto último lo que, lamentablemente, nos ha provocado la noticia que os traemos hoy.
Todo comenzó cuando la investigadora de la Universidad Jaume I de Castellón Carola Clausell compartió en Twitter el lamentable comentario que recibió una profesora en relación con su vestimenta.
Un comentario repugnante
“Mientras haya estudiantes que piensen que pueden hacer estos comentarios a una profesora protegidos por el anonimato, la sociedad no avanzará”, reflexionaba Clausell en el post en el que adjuntaba las capturas del comentario en cuestión.
Mientras haya estudiantes que piensen que pueden hacer estos comentarios a una profesora protegidos por el anonimato, la sociedad no avanzará. pic.twitter.com/xHRGvETZ5Y
— Carola Clausell Terol (@CarolaTerol) September 14, 2022
En el mensaje, como podréis observar, el alumno se queja de la vestimenta de la profesora de una forma que solo puede calificarse de repugnante: ”¡Buena profesora! Pero pienso que la vestimenta utilizada en clases no es muy adecuada, ya que ciertas faldas pueden llegar a distraer la atención de los estudiantes”.
Clausell amplió su publicación con otros tuits buscando reflexionar sobre cómo el machismo sigue de lo más presente en el sistema educativo: “Una profesora que ha realizado un doctorado, varias estancias postdoctorales, con experiencia docente en grado y máster, bien valorada por el estudiantado, y que dedica mucho tiempo a preparar sus clases… Pero todo lo que ve esa persona es una falda”.
Toda la vida peleando para conseguir que los catedráticos casposos dejarán de decirle aquello de "tu ponte una faldita corta, que da igual lo que expliques"… Para volver a caer en lo mismo.
— Carola Clausell Terol (@CarolaTerol) September 14, 2022
En este sentido, destaca que esta situación no se dio en otros momentos, pero sí cuando decidió llevar falda: “nadie le ha cuestionado nunca si van a clase en pantalón corto, con traje y corbata o con un vaquero demasiado ceñido”.
Y zanja el asunto recordando que, básicamente, todavía queda mucha ‘caspa’ por eliminar: “Toda la vida peleando para conseguir que los catedráticos casposos dejarán de decirle aquello de «tu ponte una faldita corta, que da igual lo que expliques»… Para volver a caer en lo mismo”.
A vosotros, ¿qué os ha parecido todo esto?
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Fuente: El Huffpost.
Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: