Jessica, una joven alemana de 21 años conocida actualmente con el nombre de Jessy Bunny, soñaba desde que era pequeña con parecerse a la muñeca Barbie, asà que cuando consiguió los recursos para cumplirlo, no se lo pensó dos veces.Â
Hasta el dÃa de hoy, ha invertido una suma aproximada de 73.000 dólares en cirugÃas estéticas como tres aumento de pecho, una rinoplastia, un aumento de labios y de glúteos. Jessy empezó este ‘viaje’ poco después de irse de casa a los 17 años.
Un cambio fÃsico y mental
El primer aumento de pecho lo pagó con dinero que sus padres le habÃan dado para sacarse el carné de conducir, pero en ese momento no se sentÃa cómoda con su cuerpo y optó por dedicarlo a ganar seguridad en sà misma: «PretendÃa ser guay y sólida siendo adolescente, pero en realidad nunca lo era«.
Jessy ha contado que en esa época lucÃa pelo corto y oscuro, muchos piercings y rastas, pero ese «no era su verdadero yo«. También tuvo varios desencuentros con sus padres: «TenÃan opiniones muy conservadoras en torno a la educación. Siempre que vestÃa ropa sexy en verano, era una pesadilla para ellos. Me daban pañuelos de seda para que me cubriera el escote«, detalla.
El rechazo familiar
Ahora está encantada con el resultado, al contrario de su familia. Jessica asegura que su familia le dejó de hablar porque es «muy conservadora» y no entiende su necesidad de cambiar su cuerpo hasta el punto de bloquear sus llamadas e ignorar sus mensajes.
La pérdida de contacto con su familia es algo que ha afectado enormemente a su estado de ánimo: «Están bloqueando mis llamadas. Esto es muy triste porque me encantarÃa estar en contacto, especialmente con mi hermano y mis abuelos. Simplemente no entiendo por qué se comportan asà solo porque haya cambiado mi apariencia fÃsica».
Jessy confiesa que se pone muy nerviosa cuando se somete a una cirugÃa, ya que tiene miedo a las agujas, pero eso no le supone ningún impedimento. De hecho, tiene en mente someterse a más procedimientos: «Tener los pechos de silicona más grandes de Austria no era suficiente para mÃ. También quiero los labios más voluminosos de todo el paÃs», reconoce.
Ahora Jessy vive su vida a su manera sin que nadie le diga nada, invirtiendo el dinero en lo que quiere y compartiendo su vida con los más de 88.000 seguidores que tiene en Instagram.
Aquà la podéis ver sin maquillaje:
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