La cita más ‘caliente’ de First Dates: «Soy un empotrador nato»

Ya sabéis que, cuando visitamos el restaurante de ‘First Dates’… es porque algo muy gordo ha pasado. Y hoy no va a ser la excepción. Y es que, por lo visto, las altas temperaturas no están calentando solo los cuerpos, sino también los ánimos de los concursantes. Y eso podréis comprobarlo a continuación.

En un lado de la mesa teníamos a Euge, una mujer bastante devota de Dios (a punto estuvo de meterse a monja), apasionada de las cirugías estéticas y de todo lo que tenga que ver con el mundo de la abogacía, los juicios y las sentencias.

Su sueño es tener un novio con el que poder ir a misa los domingos, que le fuese fiel y con el que poder divertirse. Una serie de cuestiones que, como podréis ver, contrastan bastante con su cita.

Y es que, del otro lado de la mesa teníamos a Claudio, un hombre con una forma de ser un poco… particular, por decirlo de alguna forma. Él era un apasionado de la fiesta, el amor y, sobre todo, del sexo. Y no por nada se consideraba a sí mismo un ‘empotrador nato’.

Compatiblemente incompatibles

Lo más curioso, como ya os comentaba, es que, a pesar de, al menos en apariencia, ser de lo más diferentes, tuvieron una química increíble a lo largo de toda la cena y, de hecho, la cosa llegó hasta a ponerse intensa en el reservado. Pero ya llegaremos a eso.

Lo primero que dejó claro Claudio es que se sentía muy, pero que muy atraído por la abogada argentina. Esto, como podréis comprobar, se lo hizo saber a lo largo de la velada con varias frases que dejaban bastante poco lugar a la imaginación.

Frases muy poco sutiles

Claudio le aprovechó que su cita le preguntase por cómo era en el amor para confesarle una de sus mayores cualidades: «En el amor me considero un donante de placer», soltó con mucha seguridad en sí mismo. Euge, por su parte, se partió de risa, pero pareció encantada con la personalidad de su posible nuevo amor.

Y es que ella estaba muy dispuesta a que Claudio le demostrase esas cualidades en otro sitio, por lo que se fueron al reservado, donde acabaron besándose y, como era de prever, acabaron fundiéndose en un beso y prometiéndose una próxima cita muy pronto.

A vosotros, ¿qué os ha parecido toda esta historia de amor? ¿Preciosa? ¿Digna de Disney? 

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Fuente: Cuatro.

Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: