El final de cita más ardiente de First Dates: chupando nata

Evelyn, peruana de 35 años de edad, llegaba al restaurante del amor de First Dates muy tranquila y mostró ser transparente al compartir las operaciones a las que se había sometido (y las que tenía en mente). Buscaba un chico que fuera «caliente, amoroso, que le guste el sexo, disfrute y me enseñe muchas cosas«.

Su cita era Dayron, un cubano de 38 años que trabajaba como quiromasajista y cuidaba mucho su cuerpo. En el amor, confesaba ser «apasionado, disfrutar cada detalle y entregarse». Los dos, en principio, encajaban, y cuando se vieron quedó más que confirmado e incluso se dedicaron unos piropos. «Como se dice en Cuba, está riquísima«, confesaba él en una sala aparte.

Química… y muchísimo fuego

En la mesa, a ambos se les veía muy cómodos el uno con el otro. Evelyn le contó que tenía un hijo, algo que le encantó a Dayron, ya que le gustaban mucho los niños. «Es una oportunidad de ser un padre, de ayudar a educar a ese niño y formar un hogar», decía.

Dayron no dudó en brindar por ella y su belleza, algo con lo que ella se sentía muy cómoda: «Me encanta que los chicos me piropeen y me digan lo que soy, lo que ven y me traten super bien. Estoy acostumbrada a eso y para mí es normal«. El cubano, por su parte, se deshacía en elogios hacia ella en la sala aparte: «Evelyn es muy sensual, no solamente es guapa, es una persona que inspira ser».

El momento más caliente

Llegó el momento de las preguntas calientes del programa: «¿con qué frecuencia e gusta tener sexo?», leyó Evelyn. Ella lo tenía claro: «every day». Él, por su parte, era incluso más directo: «podemos empezar ahora mismo«. La temperatura estaba por las nubes, y todavía no había acabado el juego…

Las preguntas picantes seguían: «¿Qué es lo que más te excita?», leyó él. «Sentir que domino a la chica, me gusta dominar a la chica», confesaba él. Evelyn reconocía serlo también: «creo que vamos a chocar porque yo también soy dominante. Me gusta manejar los espacios, el tiempo, cómo suceden las cosas… pero puedo hacer una excepción», decía entre risas. Dayron, con muchísima curiosidad, le preguntó si le gustaba que la agarraran del pelo: «eso me excita».

La temperatura iba subiendo por momentos: para el postre, pasaron a la siguiente fase y empezaron a jugar con un bote de nata de por medio. Evelyn empezó echando nata en los labios de Dayron para besarlos, y cuando le tocó a él, optó por ponérsela en su escote…

¿Qué os ha parecido la cita entre Evelyn y Dayron? ¿Cómo creéis que continuó?

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Fuente: cuatro

Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: