La historia de una madre y un hijo que se reencontraron tras 30 años y se enamoraron

Esta es una de esas historias que no pasan desapercibidas para nadie. Ben Ford es un hombre de 38 años que, con tan solo 2 años de edad, fue dado de adopción por su madre biológica, Kim West.

Hace ocho años, Ben se puso en contacto con ella (primero por cartas y después por teléfono) hasta que cuadraron una fecha para reencontrarse. Ben sintió de inmediato atracción hacia ella, a pesar de que en ese momento estaba casado… así que dejó a su esposa por su madre. «No la podía ver como mi madre, sino como una persona muy sexual«, confiesa.

Decidieron iniciar una relación, pero no una relación de amistad ni de madre e hijo, sino una relación romántica y ya llevan juntos dos años.

«Una oportunidad única en la vida»

Para Ben y Kim su relación no supone ningún delito: «Esto no es incesto, es atracción sexual genética. Somos como dos gotas de agua. Estamos destinados a estar juntos».

A Kim poco le importa lo que diga la gente y quiere aprovechar esta «oportunidad» al máximo: «Sé que la gente dirá que somos repugnantes, que deberíamos ser capaces de controlar nuestros sentimientos, pero cuando te golpea un amor tan arrollador estás dispuesto a dejarlo todo por él. Tienes que luchar por él. Es una oportunidad única en la vida y algo de lo que Ben y yo no estamos dispuestos a huir«, explica la mujer. 

¿Qué dicen los especialistas?

Kim, que actualmente tiene 57 años, asegura que están hechos «el uno para el otro» y cree que el destino los ha unido. Ben, por su parte, define que el sexo es «increíble» y «alucinante». Ellos consideran que su atracción es debido al fenómeno conocido como ‘atracción sexual genética‘. Este término, adoptado por Barbara Gonyo en los años 80, hace referencia al hecho de que muchas personas se han sentido atraídas por miembros de su familia tras conocerlos por primera vez en la adultez.

La psicóloga Corinne Sweet ha estudiado casos de este tipo y ha intentado explicar lo que hay detrás: «Cuando un hijo conoce a su madre biológica, siente mucha necesidad. Hay una atracción y un deseo ahí, y cuando se junta con la similitud genética, se convierte en un cocktail muy peligroso y complejo que es altamente tentador«, explica. Sin embargo, otros psicólogos como John Mayer se muestran muy escépticos: «mi opinión profesional es que es una excusa para dar permiso a estas personas para romper las normas sociales».

Y a vosotros, ¿qué os parece toda esta historia?

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Fuentes: upsocl nypost news.com.au

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