El inquietante parecido de un comensal de First Dates con Franco

Ketty, una mujer de 66 años amante de los animales, llegaba al restaurante del amor asegurando que nunca había sentido mariposas en el estómago y buscaba a alguien «muy capaz de llevarla»: «Soy un toro bravo, tengo mucho genio, soy una persona difícil. No me aguanto ni yo misma«, expresaba.

Su cita era Vicente, un madrileño de 69 años de edad que sorprendía por su gran parecido con Francisco Franco. De hecho, la gente a menudo lo asociaba con él por su apariencia: «Algunos me dicen ‘¡mira, Franco!’. Otros me han llamado Bin Laden porque cuando se doblaba el billete de 1000 pesetas, el perfil que quedaba era muy parecido«.

De primeras, a Vicente le encantó Ketty e incluso se quedó en shock al verla: «Qué suerte has tenido Vicente pasando esta puerta«, expresaba. Y parecía que era mutuo: «Es un caballero de la antigua escuela. Te ayuda a ponerte el abrigo, te trae unos bombones… eso es agradable para las mujeres de nuestra edad», confesaba ella.

Vicente y la pregunta prohibida

Ya en la mesa, empezaron a conversar para conocerse más a fondo: por ejemplo, Ketty le preguntó si tenía hijos, algo con lo que Vicente no se sintió del todo cómodo: «Igual que a una mujer no hay que preguntarle la edad ni dónde termina la espalda, a un hombre no hay que preguntarle si tiene hijos o no porque parece que se le compromete».

Vicente se había quedado prendado de Ketty y, cuando intentó hacérselo saber, le dedicó unas palabras muy confusas: «Ketty tú eres, sabes que soy o estoy, tú puede que estés donde estés, pero eres«, le dijo. «No le entendía, no sabía ni por dónde iba ni qué quería decirme con eso», expresaba ella en una sala aparte.

‘Piropos’ que acaban mal

En un momento determinado de la cita, Lidia Torrent le trajo un plato a Ketty, algo que ella agradeció y comentó: «una belleza, la criatura». Vicente le dio la razón y soltó: «está mal parida, sí» y, a continuación, añadió: «Ketty, tú porque eres menos alta que ella, pero no te quedas atrás con tus características y tu configuración».

Ella le siguió la corriente y le dijo que «estaba estupendo», algo que él no compartía: «eres una embustera, estoy hecho papilla«. Ketty insistía: «será por dentro, por fuera no luces mal». En una sala aparte, confesaba que era «una mentira piadosa».

«ESTÁ MAL PARIDA, SÍ»

Cuando se animaron a probar el juego de las preguntas del programa, la cosa no siguió de la mejor forma: en una segunda cita, Vicente escogió llevarla al museo antropológico, algo que a Ketty no le pareció romántico.

Llegaba el turno de Ketty, que tenía que responder cómo se imaginaba una noche de pasión con Vicente… y, en un ataque de sinceridad, le dijo: «No me la imagino«. La cara de Vicente era un poema, pero se quedaba con su respuesta honesta. Como era de esperar, optaron por seguir como amigos.

¿Os ha sorprendido el parecido de Vicente con Franco?

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Fuente: cuatro

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