La tecnología ha avanzado a pasas gigantescos y, actualmente, hay microchips más pequeños que un grano de arroz (y eso que no estamos hablando de tecnología cuántica… en parte porque, sinceramente, no tengo ni idea). La cosa es que el desarrollo tecnológico nos ha permitido tener a nuestro alcance herramientas verdaderamente increíbles, más avanzadas que en cualquier otro punto de la historia de la humanidad. Esto, como con casi todo en la vida, puede ser un arma de doble filo: se puede usar para el bien o, como en el caso de nuestra historia de hoy, para el mal.
La protagonista de esta noticia empieza su vídeo de TikTok mostrando un objeto que tiene en su mano: a primer avista parece el cargador de un teléfono móvil, pero lo cierto es que esta no era la función para la que se había creado este dispositivo.
Una terrible experiencia de espionaje
Todo comenzó cuando ella alquiló una habitación a través de Airbnb y, explorando por el lugar, encontró un dispositivo que llamó su atención. Asustada, decidió llamar a la policía para que confirmasen sus sospechas y, lamentablemente, así fue.
Brittany, de 25 años, contó a través de sus redes sociales su terrible experiencia alquilando un apartamento en su viaje a Texas, Estados Unidos. En el clip cuenta cómo encontró el aparato cuando estaba en el baño. Fue verlo y saber de qué se trataba: una cámara espía para grabarla en la ducha.
«Alguien está a punto de ser acusado de un delito por grabar de manera invasiva en el baño de nuestro Airbnb», explicó la maestra en su cuenta de TikTok. En su perfil en la red social china, @brittany..walsh, podemos ver cómo muestra el artefacto espía y también la llegada de los agentes de policía al lugar.
Esta cámara oculta era un dispositivo bastante sofisticado que simulaba el cargador de un teléfono móvil y que contenía dentro una memoria SD donde guardaba todo lo que grababa. Estaba puesta de tal forma en un enchufe del lavabo que registraba todo lo que ocurría en el mismo.
Ella, en el vídeo, no acusó directamente a los propietarios del inmueble, pero sí dejó claro que, por las características del aparato, tenía que haberlo puesto alguien con un acceso regular a ese apartamento: «El aparato graba localmente en la tarjeta SD. Aquel que lo use tiene que tener en su poder la memoria SD para ver las grabaciones. Debe haber sido alguien que accede con regularidad al apartamento».
En un segundo vídeo, la estadounidense contó que, de momento, la policía no ha avanzado demasiado en la investigación. De momento, Airbnb le ha devuelto el dinero que pagaron por el hospedaje.
También ha contado que la propietaria del hospedaje se puso en contacto con ella y le trasmitió su preocupación por lo ocurrido. Brittany, por su parte, no cree que ella haya sido la responsable de colocar la cámara: «si alguien quiere espiar, no coloca la cámara en un lugar tan evidente».
La historia de Brittany ya acumula más de medio millón de reproducciones y, en la zona de comentarios, hemos podido leer a un montón de personas que se solidarizaban con ella y que, incluso, contaban experiencias similares.
A vosotros, ¿qué os ha parecido todo esto?
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Fuente: La Vanguardia.
Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: