La surrealista conversación de un joven con su futura ‘casera’

La okupación es uno de los temas estrella en nuestro país desde hace un par de años y, a lo largo de este tiempo, hemos podido escuchar todo tipo de historias al respecto. Se trata de un tema controvertido, polémico y muchos adjetivos más que hacen que hablar de él sea siempre meterse en una arenas movedizas de las que resulta casi imposible salir. Precisamente por eso, hoy nos vamos a limitar a contaros esta ‘particular’ historia.

Lluís Freixas (@llfreixes) es un joven de 20 años que, hace unos años, fue víctima de una okupación. Una familia se metió en el piso de su abuela, donde se instaló a vivir, y él decidió ponerse manos a la obra para encontrar una solución.

Un día, mientras los okupas se encontraban fuera de la residencia, él aprovechó para meterse y recuperar la vivienda que le pertenecía a su familia… y ahí se acabó todo (o eso pensaba él). Y es que ahora, unos años después de todo esto, ha aparecido una especie de ‘secuela’ de toda esta historia que resulta verdaderamente surrealista: la líder de los okupas que vivieron en casa de su abuela ahora podría ser su nueva casera.

Y es que Luis se encontraba buscando piso en Madrid y, para ello, contactó con varias personas que ofrecían sus viviendas y dejó su número para pedir más información. Hasta aquí todo normal. La sorpresa llegó cuando uno de los números que lo contactó ya estaba registrado en su teléfono como ‘okupa’.

Por lo visto, al principio, cuando él contestó, ella no lo reconoció, pero él se encargó de aclararle un poco la memoria con unas ‘sutiles’ pistas:  “Nos conocimos en Menorca en 2014 porque habíais okupado la casa de mi abuela. Así que probablemente, no podamos ser los mejores compañeros de piso en Madrid”.

Aquí tenéis todas las capturas de la historia, compartidas por el propio Lluís:

Ella, por su parte, solo le pudo asegurar que ‘ahora sí pagaban’ el piso y que aquello fue algo puntual: “Tendrías baño propio. Siento todo lo que pasó. Créeme, estuve un par de meses, había amigos que vivían ahí hacía tiempo. No tenía ni idea, obviamente era una niña. Pero qué fuerte la vida. Okupamos y ahora te ofrezco habitación”.

Ambos se tomaron la situación con filosofía y humor (como hay que tomarse las cosas serias en esta vida) y, a pesar de que ella intentó convencerlo para que aceptase el trato, él no tenía pensado vivir con una persona que le había acarreado tantos dolores de cabeza. A pesar de todo esto, acordaron quedar un día para tomarse un café y recordar las batallitas en aquel piso.

A vosotros, ¿qué os ha parecido toda esta historia? 

Si os ha gustado este artículo recordad que más abajo podéis disfrutar de otros que, con casi total seguridad, os resultarán igualmente entretenidos… o eso esperamos, porque la verdad es que los hemos hecho con mucho cariño.

Fuente: La Vanguardia.

Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: