Ella es la dueña y ella pone las normas: Andrea Costa es una empresaria brasileña que puso punto final a que los hombres pudiesen entrar a su tienda. Todo esto llega después de haber tenido que vivir varios episodios de acoso y machismo. Esto, como os podréis imaginar, ha generado una gran polémica que precederemos a explicaros a continuación.
«Prohibida la entrada a los hombres“, puede leerse en uno de los carteles que la empresaria enganchó en el escaparate de su tienda Mr Luxos, en un centro comercial de la localidad de São José dos Campos, muy próxima a Sao Paulo. Junto a ese cartel podemos leer otro mensaje: “Su mascota es bienvenida»; como veis, Costa tiene muy claras sus prioridades.
Otro cartel, sin embargo, esclarece un poco más el motivo de la prohibición de que entren hombres: “Hombres, por favor contribuyan a la privacidad de las mujeres, esperen en los asientos fuera del establecimiento”.
Según contó Costa al medio Mileno, esta iniciativa surgió tras presenciar pillar con las manos en la masa a hombres intentando espiar a sus clientas en los probadores, por no hablar de aquellos a los que enganchó descalificando a las propias mujeres a las que estaban acompañando con frases como “eso es horrible”, “con ese escote no sales” o “estás mostrando toda tu panza“.
Con tal de evitar este tipo de situaciones, a Costa no le ha quedado más remedio que tomar medidas drásticas y optar por una prohibición completa a todos los hombres, invitándolos a esperar fuera del establecimiento.
Ella contó que, antes de esto, ya había intentando otro métodos como reorganizar los espacios de la tienda, con una zona de videojuegos y cerveza para que los hombres estuviesen lejos de los probadores… pero, por lo visto, la cosa no llegó a buen puerto.
Se trata de una medida drástica, pero que, según Costa, está siendo de lo más efectiva, ahorrándole a ella y a sus iguales un montón de dolores de cabeza. “Estamos hartas. Todas soñamos con un lugar donde podamos probarnos la ropa y vernos en el espejo sin ser acosadas“, señaló la empresaria.
Como ya os podréis imaginar, esta medida no fue bien recibida por algunos sectores de hombres que no dudaron en dirigir críticas e insultos al establecimiento a través de las redes sociales. Incluso un individuo llegó a plantarse delante del establecimiento con una pancarta para protestar por la prohibición. ¿Qué necesidad tiene ese hombre de entrar a una tienda que vende únicamente productos para mujeres? ¿A qué interés particular responde esa protesta? Una vez más, dándole la razón a Costa.
A vosotros, ¿Qué os ha parecido todo esto?
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Fuente: 20 minutos.
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