Comprar una vivienda propia puede ser una de las cosas más complicadas de nuestra vida como seres humanos. Todos queremos tener cuatro paredes, un suelo y un techo propios en el que caernos muertos, pero el precio de la vivienda está disparado (espacialmente si vives en una gran ciudad), y lo más probable es que, de conseguirlo, acabes hipotecado hasta las trancas (o hasta el cuello, para lo más delicados).
Todo este proceso es muy complicado y lo más probable es que nos dejemos la mitad del pelo por el camino… y todo para que nuestros hijos (o el banco) puedan disfrutar del piso cuando ya no estemos (probablemente por culpa de la úlcera derivada del estrés de la hipoteca).
La cuestión es que hoy os contaremos la historia de una mujer que consiguió darle la vuelta a la tortilla (siempre con cebolla) y descubrió un método para conseguir una casa… sin gastarse ni un solo euro, sirviéndose únicamente del viejo sistema del trueque.
Un método revolucionariamente sencillo
Demi Skipper es una joven de 30 años, natural de San Francisco, que no tenía la mínima intención en cederle su vida y sus ahorros a un banco. Ella se propuso a sí misma hacerse con una vivienda siguiendo un método más sencillo, libre de deudas y, como podréis ver a continuación, la cosa no le ha salido nada mal.
Para poder tener una casa propia, Demi tuvo que pasar por unos cuantos intercambios, unas cuantas negociaciones, muchos éxitos y algún que otro fracaso. Pero ella nunca se rindió y, ahora, ha visto su esfuerzo recompensado.
Ella realizó un total de 27 intercambios que ha ido compartiendo a lo largo de estas semanas en su cuenta de TikTok e Instagram (donde acumula millones de seguidores). Todo comenzó con un simple horquilla de pelo con un valor más bien escaso (que suele ser un eufemismo para decir ninguno) y ha acabado siendo la flamante propietaria de una casa.
Todo comenzó, como casi todas las buenas historias, en un mes de mayo, más concretamente del año pasado, 2020. Demi puso en marcha el proyecto @trademeproject con el objetivo muy claro en la cabeza y armada con muchísima ilusión.
Los intercambios fueron evolucionando hacia unos pendientes, cuatro tarros de margarina y cosas por el estilo… hasta que la cosa se empezó a poner seria y llegaron a las manos de Demi tres tractores cuyo precio en mercado era bastante alto.
Para todo esto, la mujer se sirvió de plataformas digitales como eBay, Facebook Marketplace y Craigslist, viajando por todos los Estados Unidos para realizar los trueques pertinentes. Cada vez que conseguía un nuevo objeto, cruzaba los dedos para estar un poco más cerca de su objetivo.
Evidentemente, no todos los intercambios le salieron a pedir de boca: en algunos perdió bastante dinero. En una ocasión, por ejemplo, hizo un intercambio en el que obtuvo un collar que ella pensaba que estaría valorado en 20.000 dólares… pero solo lo estaba en algo menos de 2.000. Pero no se rindió y se recuperó.
Un año y medio estuvo en todo este proceso de negociación e intercambio hasta que, al fin, hace unas pocas semanas, consiguió una casa en Nashville, Tennessee, donde ya lo está preparando todo para mudarse junto con su marido para empezar su nueva vida.
A vosotros, ¿qué os ha parecido todo esto? ¿Intentaríais algo así?
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Fuente: La Vanguardia.
Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: