La chica con actitudes tóxicas y las normas que impone a sus citas

Laia, una joven barcelonesa de 19 años, llegaba al restaurante del amor y de primeras avisaba de que era «un poco celosilla» e imponía «unas normas» que dejaba claras antes de empezar una relación. «Por ejemplo: si le pido que me deje ver su móvil, me lo va a dejar ver. Si me dice no, es por algo. Yo tengo mi móvil y si lo quiere ver, lo puede ver«. El resto de normas: «que una chica no se siente encima» y «que no hable cada día con sus amigas por fotos».

Su cita era Raúl, un joven madrileño de 23 años que buscaba a una persona «con las ideas claras y unas metas concretas«. Su primera impresión de Laia fue muy buena: «al verla me ha parecido una chica guapa, me ha atraído«, confesaba. Laia, por su parte, no descartaba nada: «No es mi prototipo pero sí sería una persona con la que poder salir. No me ha disgustado«.

Las normas de Laia

Ya en la mesa, Laia y Raúl entablaron conversación sobre sus estudios y sus metas para el futuro hasta llegar al tema de sus relaciones anteriores y cómo estas habían llegado a su fin. Fue entonces cuando Laia decidió contarle a Raúl cómo se definía ella cuando estaba en pareja: «Yo en pareja soy celosa, tóxica… Tengo unas normas que pongo«, reconocía. «Si te pido ver el móvil, me lo tienes que dejar, porque si me dices que no me genera desconfianza«.

Raúl no daba crédito y le hizo saber que no compartía este punto de vista: «Cada uno tiene su privacidad y si estoy con una persona es porque realmente quiero estar con ella, sino la dejo«, decía. Laia intentaba ‘matizar’ sus palabras: «yo no desconfío si me dejas el móvil, si me dices que no es cuando desconfío porque algo ocultas«.

Raúl no estaba de acuerdo y, en una sala aparte, expresaba: «no es el tipo de norma que yo pondría a mi pareja«. Y es que su opinión sobre esta tema estaba clarísima: «yo simplemente confío en la otra persona«. Sin embargo, Laia reiteraba que exigía ver el móvil de su pareja…

Incompatibilidades latentes

Laia y Raúl también hablaron sobre la música que escuchaban (en lo que tampoco coincidieron), sus horóscopos (según Laia, no eran compatibles) y sobre la existencia de los alienígenas, en lo que tampoco conectaron… En la decisión final, Laia aceptó tener una segunda cita… ¿Y Raúl?

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Fuente: cuatro

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