Este lunes, nuestro restaurante del amor favorito (el de First Dates, por supuesto) recibió la visita de Ana y Nicolás quienes gozaron de una romántica y pasional velada que maravilló tanto a lxs protagonistas como a toda la audiencia.
Ana entró al restaurante definiéndose como una persona» muy sociable, simpática, coqueta, divertida y muy morbosa». Ana, que trabaja como DJ y profesora de educación infantil, buscaba a alguien educado, divertido y que supiera «sacarte una conversación de cualquier cosa y te esté diciendo cosas bonitas«. Sobre su fÃsico, que tuviera tatuajes, se cuidara y fuera atractivo. ¿CumplirÃa su cita estos requisitos?
Su cita era Nicolás, un uruguayo residente en Ibiza que trabajaba en un restaurante y reconocÃa tener madera de lÃder. Ana, al verlo, notó que habÃan conectado. «Cuando lo he visto he dicho ¡wow! El look me gusta«, expresaba.Â
En la mesa, entablaron conversación para conocerse un poco mejor como, por ejemplo, sobre el mundo de la fiesta que tanta importancia tenÃa para ellxs y cómo compaginaban la noche con su dÃa a dÃa.
Ana también le comentó que tenÃa dos hijos y notó que Nicolás no se lo notó muy bien. Él aseguraba que le encantaban los niños, pero en una sala aparte comentaba que, para él, «no era lo mismo que una persona sin hijos«.
Sube la temperatura
En un momento de la cita, Nicolás le preguntaba a Ana si se consideraba liberal. «He querido probar, vivir, experimentar. Me considero muy morbosa, muy juguetona, muy abierta a experiencias nuevas«, reconocÃa ella.
Ambos cruzaron miradas y la tensión era más que latente. «Por su mirada me ha dicho que es una persona muy intensa, muy sexual, y yo soy una persona muy sexual. La pasaremos muy bien«, decÃa él.
Y llegó el beso
Ya en el reservado, la temperatura subió exponencialmente cuando se dieron «un beso eterno«. Ana quedó encantada: «Nicolás besa muy bien. Me ha gustado mucho y conforme eso puedes pensar muchas cosas. En la cama puede ser muy bueno y puedes llegar a pasártelo muy bien», decÃa ella.
Él tenÃa la misma sensación e incluso hizo una pretensión inédita en lo que hemos visto de programa: «Soy un manÃaco sexual. ¿No se puede tapar la cámara?«, preguntaba el uruguayo. «Una cita sin cámara por favor«, pedÃa Ana. ¿Cómo acabarÃa la cosa?
Si os ha gustado este artÃculo recordad que más abajo podéis disfrutar de otros que, con casi total seguridad, os resultarán igualmente entretenidos… o eso esperamos, porque la verdad es que los hemos hecho con mucho cariño.
Fuente: cuatro