Mantener una relación a flote puede ser algo bastante complicado. Estar con alguien a lo largo del tiempo implica pasar por diferentes etapas, muchas de las cuales se presentan como un punto de no retorno: o las superas o te superan. Es normal pasar por momentos mejor y peores, pero lo mejor es ser conscientes de todo ello y actuar de la mejor forma posible para que, al final, sea lo mejor para ambas partes.
Para todo esto, la comunicación es fundamental y, como, en ocasiones, esta se puede atragantar un poco, hoy acudiremos a unos consejos de Psychology Today, que ha elaborado una lista con ocho preguntas con las que, básicamente, podemos averiguar si nuestra relación va por buen camino. Crucemos los dedos.
La rutina
Es importante darse cuenta de si la rutina que hemos conseguido con nuestra pareja nos proporciona un mínimo de felicidad. Para ello, lo mejor es pensar si, en caso de vivir en bucle un día normal con nuestra pareja, ¿Seríamos felices? Si la respuesta es un NO rotundo, puede que tengamos alguna señal de que la cosa no está yendo por el mejor camino posible.
El tema de la confianza
La comunicación es fundamental a la hora de hablar de parejas y, en este sentido, tener confianza es la base de todo: si la comunicación falla, crece la desconfianza y, por lo tanto, pueden aparecer conductas tóxicas. Si hay confianza, en cambio, se puede hablar de todo y no nos dejamos temas en el tintero.
Las temidas discusiones
Discutir es normal… Lo que no es tan normal es que los argumentos que utilicemos sean destructivos y busquen minar la moral de nuestra pareja. El intercambio de opiniones discordantes es algo hasta necesario en una pareja, pero hasta ahí. Cuando una de las partes (o las dos) se centran solo en ganar la discusión y no en reconducirla para dar con una solución, puede que la cosa vaya por mal camino.
El compromiso
Es importante valorar si hay objetivos comunes en la relación. No se trata de hacer todo juntos, pero sí tener una visión del futuro en la que ambos estén coordinados. Los puntos en común son fundamentales y, si estos brillan por su ausencia, puede que, con el paso del tiempo, empiecen a aparecer roces.
Tiempo para todo
Tiene que haber malos momentos. Somos humanos imperfectos y, por lo tanto, es normal que no todo siempre vaya como la seda. aquí la clave es preguntarse si, en general, los buenos momentos compensan a los malos. Hay que poner las cosas en una balanza y, cuando surja la duda, intentar valorarlo desde el punto de vista más objetivo posible: ¿de verdad estamos tan bien o tan mal?
Un equipo
Una pareja debería funcionar de forma parecida a como lo hace un equipo: todos remando en la misma dirección. Pero eso también implica que debemos preocuparnos por el bienestar de la otra persona ya que así, en parte, también nos estamos preocupando por el nuestro. ¿La persona que tienes al lado no te apoya? ¿Tú no apoyas a la otra persona cuando te necesita? Puede que, entonces, algo no esté yendo bien.
La autenticidad
Es fundamental que, dentro de una pareja, podamos ser nosotros mismos. Tener que finjir un papel para que la otra persona nos acepte es algo que, tarde o temprano, cae por su propio peso. ¿Eres libre de expresar tus sentimientos? ¿Dejas que tu pareja se exprese con libertad? Creo que está clara cuál debería ser la respuesta a esta pregunta.
Caaaambios (extraños que hay en mí)
Lo mejor es hacer una lista de aquellas cosas que, por lo que sea, quieres cambiar en tu vida. Y es que esto último es muy importante: cosas que tú quieras cambiar en TU VIDA; no cosas que quieras cambiar de tu pareja. Ni nosotros debemos querer cambiar a la otra persona, ni la otra persona debe querer cambiarnos a nosotros. Y es que cada uno es como es. ¿Son demasiadas las cosas con las que no estamos contentos? ¿Muy pocas tienen solución? Puede que haya que replantearse las cosas.
A vosotros, ¿qué os ha parecido esta lista de preguntas? ¿La pondréis en práctica en vuestras relaciones?
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Fuente: Código Nuevo.
Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: