Hovik Keuchkerian se abre sobre su pasado y se sincera sobre sus problemas con el alcohol

Si pusisteis la tele ayer por la noche, es muy probable que vieseis al bueno de Hovik Keuchkerian divirtiéndose en ‘El Hormiguero’. El actor se ha convertido en todo un habitual del programa presentado por Pablo Motos, pero lo cierto es que ayer abrió su corazón como en ninguna de sus visitas anteriores.

Recordemos que, esta semana pasada, llegó a nuestras cuentas de Netflix la quinta temporada de esa maravilla llamada ‘La Casa de Papel’ (al menos la primera parte de la misma), y lo cierto es que ahí pudimos comprobar que el nivel sigue altísimo (aunque no entraremos en profundidad por el tema de los spoilers).

Hablando del pasado

Hovik, que se encuentra en plena promoción de la serie, aprovechó su paso por el programa de ayer para abrirse un poco más respecto a su pasado; respecto a su etapa previa a la interpretación… y es que, a pesar de que ahora brilla ante una cámara, no todo fue siempre tan esplendoroso.

Recordemos que sus inicios se remontan al mundo del boxeo, cuando el libanés se convirtió por dos veces en campeón de España de peso pesado (que se dice pronto). De ahí fue derivando al mundo de la comedia y, de ahí, a ponerse ante los focos. Pero lo que pocos sabían es que, en medio, tuvo unos serios problemas con el alcohol.

Una mala racha emocional y vital

Por lo visto, la mayoría de problemas del actor comenzaron cuando colgó los guantes de boxeo. El deporte lo mantenía ‘estable’, pero, al dejarlo, surgieron los demonios. «En enero del 2005, cuando dejé de pelear, me fui para el otro lado. Dejé de boxear y cuando dejas de perseguir un sueño… Me metí en un bucle», reconocía el actor.

«Hasta los 32 años nunca había bebido ni fumado, y de repente, a la mañana siguiente de dejarlo, no sabes que hacer, y me acuerdo de un sparring buenísimo mexicano que me dijo: ‘En México mojamos las penas con tequila’, y así pasó…», recordaba el intérprete… y es que, en esta vida, pocas cosas hay más peligrosas que un mal consejo.

Ahora, viendo las cosas con perspectiva, Hovik se da cuenta de que, esta última década, su vida ha sido una auténtica ‘montaña rusa’ en la que el alcohol jugaba un papel determinante.

«Empiezas a pensar solo en ti, aislarte en tu casa y alejarte de la gente. Trabajar te mete en la rueda a nivel profesional porque tienes que cumplir y cumples, pero no es lo mismo estar en un set de rodaje deseando hacer lo que tienes que hacer que deseando que den las seis de la tarde para llegar a tu casa y abrirte el whisky y acostarte a las once ‘mamao'», se lamentaba el expúgil.

Cuando la cosa parecía llegar a un punto crítico, como suele ocurrir, las madres entran en acción y lo cambian todo: «Mi madre me llamó el pasado 6 de mayo y me llevó al rincón del ring. Me dijo: ‘Estás gordo, estás tóxico, feo, andas encorvado, eres un trozo de mierda y no te lo voy a decir más’. Cuando tu madre te dice eso pues pasó algo, me revolvió, porque dije: ‘Cuando mi madre no esté no quiero que se vaya dejando aquí un trozo de mierda'».

Un periodo de calma

El actor ha encadenado un montón de éxitos seguidos y, tras la promoción de ‘La Casa de Papel’, se lanzará de cabeza a un tiempo de descanso, desconectado de todo lo que tenga que ver con la interpretación para, básicamente, dedicar un poco de tiempo a su salud mental: «Estoy bien, duermo bien, y dentro de un año estaré preparado para la ‘guerra'», aseguró el protagonista de ‘Antidisturbios’.

Finalmente, el actor ha reconocido que, alejarse del alcohol, también le ha supuesto una mejora física notable al sacarse unos cuantos kilos de encima: «Empecé en 131,4 kilos, y estaré en unos 100 kilos. He perdido bastante. Me habré quitado unos 30 kilos. Me he puesto un año, dentro de un año estaré perfectamente», sentenció.

A vosotros, ¿Qué os han parecido las palabras de Hovik? 

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Fuente: AS.

Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: