¿Te has encontrado recientemente en la situación de estar en una mesa rodeado/a de gente mirando su móvil? Lo más probable es que sí. Cada vez se dan más este tipo de casos y no es de extrañar, pues vivimos conectadxs casi todo el tiempo: teletrabajando, comprando, buscando un destino para irnos de vacaciones, comunicándonos con nuestra gente, etc.
Según un estudio de Hootsuite y We Are Social, españoles y españolas pasamos una media de 6 horas y 54 minutos diarios utilizando Internet, escenario que El Periódico se ha encargado de analizar recientemente en este artículo. Informan, por un lado, de que el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad ha demostrado con datos recientes que casi el 53% de los españoles sufre nomofobia.
¿Qué es la nomofobia?
Esta palabra es en realidad un acrónimo de la expresión inglesa «no-mobile-phone phobia», o, lo que es lo mismo: fobia a permanecer un periodo de tiempo determinado sin teléfono móvil. Por otro lado, aseguran que en el caso de los jóvenes la cifra se eleva al 81%, de acuerdo con un estudio de la compañía OnePoll.
¿Y qué hay de los más pequeños? Seguramente también te has dado cuenta de que usamos el móvil con una destreza asombrosa cada vez a más pronta edad. Esto tiene una explicación muy simple: las denominadas neuronas espejo hacen que imitemos conductas de otras personas, algo que se acentúa en la más tierna infancia.
Por eso, no solo hablamos igual que nuestros padres o nos movemos como ellos, sino que, al criarnos en un entorno digital, nuestro desarrollo se ve totalmente influenciado por este tipo de prácticas con los móviles (sobre todo durante los tres primeros años de nuestras vidas). El concepto de «neuronas espejo», por cierto, nació en Italia en 1996 gracias a un grupo de investigadorxs de la Universidad de Parma.
La revista Child Development llevó a cabo un estudio en el que participaron 170 familias con al menos una criatura. El 48% reveló que los dispositivos electrónicos (móviles, ordenadores, tablets…) interrumpen la relación con sus hijos tres o más veces al día.
¿Cómo desconectar(nos)?
Expertos y expertas de la empresa Qustodio (que se dedica a controlar y proteger el uso que niños y niñas hacen de los móviles), han elaborado una lista de recomendaciones para que las familias logren tener una rutina digital saludable:
Predicar con el ejemplo
Los menores aprenden por ensayo-error y mediante la observación. Así lo afirman neurocientíficos y psicólogos, que aseguran que los menores empiezan a entender cómo interactuar con su entorno basándose en lo que hacen sus referentes (ya sean sus padres o no). Por eso, predicar con el ejemplo es tan importante.
Desconexión digital obligada en casa
Aunque resulte complicado, es vital establecer unos tiempos concretos diarios de desconexión en casa. El teletrabajo puede llegar a ser un gran obstáculo para ello, pero respetar los horarios y apagar nuestros dispositivos al terminar para hacer cosas al aire libre (por ejemplo) junto a nuestras criaturas puede llegar a ser realmente beneficioso para todxs.
Gestionar los tiempos de uso
Y no solo debemos asegurar un tiempo de desconexión, sino también unos tiempos de uso. Según Qustodio, el 37% de las familias no establece un límite horario. Así, es normal que el tiempo de uso por parte de los menores haya crecido hasta un 76% en redes sociales, un 49% en apps de comunicación (como Whatsapp), un 25% en plataformas de vídeo online (como YouTube) y un 23% en videojuegos.
Uso de plataformas de seguridad digital
Muchos padres y madres saben que este tipo de aplicaciones de control parental existen, sin embargo, solo lo utilizan 1 de cada 10 familias según un estudio del Panel de Hogares de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC). Seguramente no sean conscientes de que esto garantizaría el bienestar digital de la familia, así que es importante informar sobre ello.
¿Qué estrategias tenéis vosotrxs para desconectar del móvil y de Internet?
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Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: