En los últimos años hemos visto cómo se ha empezado a hablar de una forma más constante y profunda acerca de problemas sociales como la gordofobia, la homofobia o el machismo, así como de las consecuencias que estas lacras provocan. Sin embargo, existe un miedo hacia algo extremadamente natural que todas y todos vivimos en algún momento de nuestra vida del que prácticamente no tenemos consciencia: la gerascofobia o gerontofobia. O, en otras palabras, el pánico a la vejez.
No es de extrañar que exista este tipo de ‘fobia específica’. Las representaciones mediáticas nos han llevado a considerar el hecho de envejecer como una de las peores cosas que nos pueden pasar. Películas, libros, revistas, anuncios y cualquier otro tipo de expresión cultural que se nos ocurra han perpetuado ese imaginario colectivo en relación a la vejez que nos hace pensar en personas mayores como aquellas que ya no son bellas, tienen mal carácter y ya no pueden valerse por sí mismas (entre otros estereotipos negativos en contraposición con los ‘positivos’ que se asocian a la juventud).
De igual manera, hay expresiones cotidianas como «estar en la flor de la vida», «pasarse el arroz» o el supuesto piropo «pareces más joven» cuando te preguntan la edad que tampoco ayudan en absoluto. Además, la presión social que imponen industrias como la de la moda o la belleza nos hace querer evitar parecer ‘mayores’ en todo momento a través del maquillaje, los tintes, la ropa y las operaciones estéticas.
Según 20minutos.com, la gerascofobia afecta de una forma muy intensa a la calidad de vida de las personas, ya que estas no solo se obsesionan con los cambios del aspecto físico, sino también con otras consecuencias del envejecimiento como la pérdida de movilidad o el empeoramiento de la salud, llegando a provocar incluso ansiedad.
Otras causas
Como hemos visto, la principal causa de esta fobia es el pánico a sentirse rechazado/a por no cumplir con los cánones de la sociedad de consumo. Pero también pueden existir otras como el hecho de haber vivido algún acontecimiento traumático relacionado con la vejez, el haber visto de cerca las consecuencias negativas que esta etapa vital puede conllevar o tener una baja autoestima, inseguridades y/o dependencia.
Existen, además, profesiones concretas muy focalizadas en la juventud como las de modelo, actriz, cantante, presentador… que pueden exponer a las personas a una mayor crítica social con respecto a la edad y al físico, y por tanto hacer que las personas que se dedican a ello sufran más este miedo.
¿Cómo trabajar esta fobia?
Es difícil trabajar para apaciguar esta fobia, ya que la sociedad sigue discriminando a las personas por razón de edad (sobre todo a las mujeres, tal y como comentábamos hace poco). Lo más efectivo sería trabajar colectivamente cambiando las representaciones mediáticas y educando de forma diferente, pero también queremos exponer algunos puntos que podrían ayudar a cambiar la autopercepción mientras tanto:
- Puedes empezar a buscar y a consumir productos culturales que presenten la vejez como algo positivo. Este artículo de El País nos recomienda algunas películas con las que empezar.
- Quizás debas empezar a pensar más en las posibles consecuencias positivas que trae la vejez en general: ¿experiencia? ¿tiempo libre? ¿conocimientos? Depende de la persona, así que reflexiona sobre qué puede traerte a ti.
- Si esta fobia afecta de forma negativa a tu vida cotidiana, puedes recurrir a la ayuda profesional de una psicóloga o un psicólogo.
Y tú, ¿has sufrido o sufres este pánico concreto? ¿Cómo crees que puede evitarse?
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Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: