Ni de su talla, ni seguramente de muchas otras. Best Way, agencia que se dedica a ofrecer personal para eventos, congresos y ferias a empresas, solo dispone de un uniforme de talla única para todas sus azafatas, obviando así la gran diversidad de cuerpos que existen. Por supuesto, lo que siempre hemos llamado «talla única» responde a unos estándares de belleza totalmente normativos que la mayoría de personas probablemente no alcanzamos ni alcanzaremos nunca.
Alba Nevado, actriz, autora y directora de la obra de teatro ‘Las horas muertas’ (que se estrenó este mismo año en la sala OFF Latina de Madrid), denunció en su Instagram la pésima experiencia con esta agencia en la Feria Internacional de Turismo, que tuvo lugar en el Ifema de Madrid recientemente. La chica, como la mayoría de jóvenes de un país que roza el 41% de paro juvenil y que acostumbra a normalizar la precariedad laboral, se gana la vida combinando sus pasiones con trabajos como el de azafata.
Lo que esta joven no hubiese imaginado nunca es que la agencia, después de haberla contratado, la despidiera por una cuestión de tallaje. Inesperadamente para ella, el suceso se ha hecho viral en redes después de narrar la situación en un post de la red social.
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«En pleno año 2021 y siendo una época marcada por el supuesto aprendizaje del ser humano tras la vivencia de la pandemia, me he visto rechazada por mi talla y peso». Alba, tras hacer alusión a todos los meses de confinamiento en los que teóricamente hemos podido aprender a darle valor a lo que verdaderamente importa, proseguía:
«Se suponía que tenía que trabajar del 19 al 23 de mayo como azafata en Fitur, así fue el contrato que yo firmé con la agencia de azafatas y congresos BEST WAY. Ayer, después de la formación y test de antígenos, me dieron mi uniforme. Un vestido azul marino ceñido de talla única».
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En el vídeo que acompaña el texto, Alba aparece angustiada y, entre lágrimas, recuerda que estaba perfectamente cualificada para el desempeño del trabajo. De hecho, había acudido previamente a la formación y fue al llegar a casa y probarse el uniforme cuando se dio cuenta de que no le iba bien. Desde la agencia le informaron de que podían ofrecerle como máximo una talla 42 (ella usa una 46) o que podría utilizar un traje. No obstante, cuando al día siguiente llegó una hora antes al lugar para que se resolviera el asunto, lo primero que le espetaron fue un: «Ah, tú eres la del problema».
El problema no es tener una talla 46
Los responsables, tras comprobar que no tenían ningún tipo de ropa para Alba, decidieron enviarla a casa porque «no podía trabajar sin uniforme». La joven, acertadamente, aseguraba en su Instagram que el problema no era suyo, ni tener una talla u otra, ya que la imagen no es lo único que sirve para trabajar en un puesto como ese.
«Mi problema es que gente que ofrece un puesto de trabajo, sabiendo la talla que tengo, no esté preparada para asumir que tiene que tener un uniforme de esa talla para poder trabajar». Alba terminaba la grabación explicando que se había sentido «como una auténtica mierda» y deseando que no le ocurriera a nadie más lo que le había ocurrido a ella.
El vídeo ha tenido tanta repercusión que las empresas implicadas llamaron a la joven para disculparse y ofrecerle de nuevo el trabajo con un uniforme de su talla, algo que ha explicado la propia Alba Nevado en un nuevo clip. También ha especificado que dichas empresas han relacionado la cuestión con la escasez de fabricación y presupuesto para los uniformes debido a la pandemia. Finalmente, ha comentado que le han pedido que borre el vídeo, pero que no piensa hacerlo, pues la gente ha expresado su apoyo hacia ella en forma de comentarios en él y se siente realmente agradecida.
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¿Qué opinas de que agencias como esta dispongan de uniformes «de talla única»? ¿Crees que debería tenerse más en cuenta la diversidad corporal?
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Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: