El juego de mesa mexicano que se creó en la cárcel y refleja la realidad de un preso

Hay leyendas que dicen que este juego de mesa llamado poliana (o poleana) nació en el Palacio de Lecumberri, mientras que otros apuntan que es muy parecido a un juego prehispánico.

Lo que sí que sabemos es que el juego fue evolucionando hasta su popularización en las prisiones de México; de hecho, a día de hoy podemos ver gente en lugares como las calles del barrio Bravo de Tepito, Iztapalapa.

El pilar fundamental

Las reglas del juego son muy difíciles de explicar y muchos de los jugadores dicen que solo puedes comprenderlo si lo juegas. Pero el objetivo principal del juego es sacar a cuatro reos de prisión; cada uno de los jugadores deberá dar una vuelta al tablero y esquivar o superar distintos obstáculos que le harán regresar a la celda.

De hecho, el tablero simula la arquitectura de las prisiones con sus celdas, estancias, patio y calabozo. Esto se debe a que la poliana es una metáfora de la dura y compleja vida de los presos y seguramente por eso sus reglas cambian un poco según la cárcel o el lugar en el que se juegue.

Efectos positivos

Las partidas duran un total de cuatro horas y, aunque pueda resultar sorprendente, ayuda a los presos a desconectar de su rutina y de alguna manera les anima a reflexionar y ver reflejada su realidad.

Los tableros de polianas empezaron a verse fuera de las cárceles cuando el juego empezó a ser jugado por las familias de los presos. Sin embargo, a día de hoy hay talleres donde son fabricados para su comercialización y, tal y como muestran las imágenes, los hay de todo tipo.

Pese a estar tan relacionado con el mundo de los presos, lo cierto es que este juego ha llegado a crear una comunidad que organiza incluso torneos lejos de rivalidades violentas y promoviendo una sana competencia.

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Fuentes: laguiadelvaron

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