Una víctima de violencia de género se salva gracias a una nota que dejó en su banco

Historias como la de hoy duelen en lo más profundo de nuestra alma, pero es importante darles visibilidad para ser conscientes de que esto está pasando todavía y que, por lo tanto, tenemos que seguir luchando y avanzando para que no sea más que un lamentable recuerdo.

Y es que la violencia machista sigue formando parte del día a día de muchas víctimas en todo el mundo. Estos últimos años se ha avanzado mucho en este terreno, pero estamos a años luz de que sea parte de nuestro pasado… y la protagonista de nuestra historia de hoy es una prueba de ella.

Una petición desesperada

Una mujer de 27 años de la localidad brasileña de Sobradinho, desesperada por el maltrato y la violencia a la que la estaba sometiendo su pareja, se vio obligada a acudir a su entidad bancaria y pedir ayuda a uno de los trabajadores a través de una nota. Gracias a la rápida labor del empleado, la mujer y sus dos hijos pudieron ser apartados de su maltratador.

«Me asusté enseguida, leí lo que estaba escrito y decidí mantener la calma para saber qué podía hacer», explicó el empleado convertido en héroe al diario Correio Braziliense. El mensaje de la joven, como podéis ver en la foto, era sencillo y directo: “¿Me pueden ayudar? Él está ahí fuera”.

Había que actuar con rapidez

En el mensaje también se especificaba que ella estaba siendo víctima de violencia doméstica. El hombre, en ese momento, le pasó a la mujer una hoja en blanco y le pidió que escribiese sus datos para poder llevarlo a las autoridades.

“Si la policía llama, no responderá. La policía tendrá que insistir, ya que hará como si no estuviera en casa. No puedo pasar el teléfono. Él puede responder”, zanjó la víctima en el mensaje que le devolvió al empleado.

El empleado bancario, con esa información, denunció el caso al Grupo de Prevención Orientada a la Violencia Doméstica y Familiar (Provid), de la policía militar, y estos fueron a personarse a casa de la mujer.

Un final feliz para todos

En una primera visita, por lo visto, no encontraron ni a la mujer ni a su maltratador, pero, en la segunda, pudieron sacarla de allí junto con sus hijos y llevarla para que formalizase una denuncia.

Las autoridades brasileñas, además, abrieron una investigación y le ofrecieron a la mujer toda la protección que necesitaba. Por el momento, no se han dado a conocer más detalles de cómo ha avanzado el caso.

A vosotros, ¿qué os ha parecido esta historia? ¿Creéis que hay un horizonte en el que esto se deje de repetir? 

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Fuente: 20 minutos.

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