Las peores críticas a restaurantes que sirvieron verdaderos desastres

La hostelería es uno de los sectores de nuestra industria que más ha sufrido con el tema de la pandemia. Ahora que en gran parte del país ya vuelven a estar en funcionamiento los bares y restaurantes, debemos salir a apoyarles como nunca antes, ya que son parte fundamental de nuestra sociedad.

A pesar de eso, no debemos olvidar que, a veces, los restaurantes se ponen demasiado creativos… y pasan cosas como las que os traemos a continuación. ¿Alguna vez habéis leído las críticas de los restaurantes a los que vais? Pues hacerlo siempre es un buen consejo. Ahora lo veréis.

Pedir medias porciones

Eso de pedir ‘medio plato’ es algo bastante habitual en la mayoría de restaurantes… pero puede que esta sea la primera vez que se lo piden a este camarero. Sorprende la precisión del corte en el plato.

La intención suele ser lo que cuenta

Dejando de lado que ha escrito ‘lujo’ con ‘g’, entiendo que la propuesta del restaurante era ofrecer un plato ‘lo más español posible’… pero, nuevamente, se trata de algo que quedaba mejor en la cabeza del chef que en la realidad.

Problemas de sequedad

Se supone que el limón es para exprimirlo por encima del plato… pero claro, para esto tendría que tener algo de jugo. Y no es el caso.

Un trauma de por vida

No creo que la intención del cocinero haya sido hacer tremendo desastre, pero es que solo hay que ver el plato para darse cuenta de que parece un estofado de sesos con caras terroríficas. Todo mal.

Algo no me cuadra

No sé si será una broma de los propietarios, pero que haya una cucaracha justo en el certificado de sanidad… como para fiarse.

Todo está mal

Independientemente del tiempo que hayan tardado en llevarle la comida (cosa que, evidentemente, está mal), ¿cómo diablos se come con esos cubiertos tan largos?

Por pasarse de creativos

Ya no se trata de que toda la propuesta del mini-postre sea un auténtico despropósito, es que, además, les mandan indirectas así de ‘crueles’.

 

Bueno… vegetariana sí es…

Pero yo, que he comido muy buenas pizzas vegetarianas, tengo que decir que eso es un insulto para la gastronomía, sobre todo por la vagancia del cocinero.

A alguien le tuvo que parecer buena idea

Más allá del precio, que es una auténtica locura, no se me pasa por la cabeza cómo a alguien le podía parecer que meter las croquetas en unas bambas podía ser buena idea. ¿Cómo es que nadie paró ese tren?

Lo de ahorrarse los platos…

Que la intención de gastar menos está muy bien, pero creo que aquí se ha cruzado una línea de bastante mal gusto.

Espero que no se lo hayan cobrado

Porque es que ese supuesto postre no llega ni a ser para una persona; es casi la (terrible) decoración sobre la que tendría que ir el postre.



 

No se podía hacer peor (o sí)

Se me hace complicado entender cómo alguien puede confundir una ensaladilla rusa con esto, pero es que si encima está así de malo… Y la sal es lo peor: ¿quieren matar a alguien de una subida de tensión?

A vosotros, ¿qué os han parecido estos desastres culinarios? ¿Alguna vez os ha pasado algo parecido en un restaurante? 

Si os ha gustado este artículo recordad que, más abajo, podéis disfrutar de otros que, con casi total seguridad, os resultarán igualmente entretenidos… o eso esperamos, porque la verdad es que los hemos hecho con mucho cariño.

Fuente: La Guía del Varón.

Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: