Amber Luke (@amber__luke) es una de las influencers australianas más conocidas de la red. Se ha hecho popular gracias a la gran cantidad de tatuajes que tiene por todo su cuerpo… pero por lo que es noticia en estos últimos días, es por su lamentable último paso por la sala de tatuaje… y es que la ha liado bastante.
La chica, hace unos días, compartió con sus casi 200.000 seguidores una terrible experiencia que había vivido en su intento de tatuarse los ojos (como veréis, se le había acabado ya las partes del cuerpo para tatuar).
Todo ocurrió en Nuevo Gales, Australia, cuando la joven pagó para que le cambiasen de color la esclerótica de los ojos (la parte blanca, para que nos entendamos los de letras). Quería ponérselas de azul y bueno, parece que, lo que es el cambio de color, se lo hicieron… solo que con algún inconveniente añadido.
El procedimiento duró algo menos de una hora y, al parecer, el tatuador tuvo que repasar hasta 4 veces cada ojo para que quedase bien. Esto, como no podía ser de otra forma, acabó por dañarle la córnea: «Desafortunadamente, entró demasiado en el globo», refiriéndose a la aguja.
Según sus propias palabras, es incapaz de describir lo mucho que le dolió el ojo en ese momento: «Sentí como si 10 fragmentos de cristal se fregaran en mis ojos», afirmaba. A continuación, según relata, dejó de ver.
Por lo que le pudieron decir los médicos después, la ceguera esta producida por una especie de ‘cristalización’ de la córnea, y esta le duraría unas tres semanas antes de, poco a poco, ir recuperando la visión.
Según ella, la culpa es totalmente del tatuador: «Si el procedimiento se realiza correctamente, se supone que una no se tiene que quedar ciega en absoluto», afirma.
Las consecuencias del tatuaje fueron absolutamente nefastas para su salud… pero ella no se arrepiente de nada. Su intención es tatuarse cada una de las partes de su cuerpo y llevará ‘su misión’ hasta las últimas consecuencias: «Lo volvería a hacer», confesaba.
Según ella misma ha declarado, hasta el momento, se ha gastado 19.000 dólares en todos los tatuajes que se ha realizado por todo el cuerpo. Según su planificación, en marzo del año que viene, debería llegar a su objetivo y tener tatuadas hasta las uñas (es una forma de hablar, no os alarméis).
También hay que decir que los tatuajes no son las únicas modificaciones que se ha hecho. Ha pasado unas cuantas veces por el quirófano para hacerse de todo: modificaciones labiales, pómulos, colmillos, lengua viperina y hasta los lóbulos de las orejas. También se ha puesto implantes en los pechos.
Hasta su madre se ha pronunciado respecto a lo que ha catalogado como una ‘adicción’: «Lo mejor que puedo hacer es quererla, aunque no siga mis consejos como madre», ha declarado.
A vosotros, ¿qué os ha parecido este caso? Dejádnoslo en los comentarios.
Si os ha gustado este artículo recordad que, más abajo, podréis disfrutar de otros que, con casi total seguridad, os resultarán igualmente entretenidos (o eso esperamos, porque la verdad es que los hemos hecho con muchísimo cariño).
Fuente: El Caso.