Si tú también tienes una personalidad más bien obsesiva, que hace que tengas sintomatología un poco de trastorno obsesivo compulsivo, seguro que cada vez que vas a un baño público intentas no tocar nada de nada. Aun así, hay veces que no te queda otra alternativa que apoyarte en alguna superficie húmeda y maloliente y seguro que te has tenido que lavar las manos unas 400 veces para que las bacterias desaparezcan de tu cuerpo.
Después de lavarlas, has ido al secador de manos para secarlas y has pensado un buen rato lo limpio y poco enfermo que estarás en los próximos meses. Pero… ¿Y si te decimos que te equivocas? ¿Y si secándote las manos estás más en peligro que si no lo haces? Pues bien, hoy os explicaremos las razones por las que no debes secarte las manos con el secador de los baños.
Si eres un temerario de la vida y te gustan los riesgos, puedes seguir secándotelas donde quieras, pero si eres una de las personas obsesivas de las que hablábamos antes, quédate a ver lo en peligro que está tu vida. Gracias a Genial por las imágenes.
La historia de los secadores de mano es más bien corta. Fueron haciéndose cada vez más famosos por ser bastante fáciles de utilizar, sumándose a que no eran dañinos para el medio ambiente.
Todo iba bien, las personas dedicaban unos segundos de su tiempo a contemplarlos con una mirada vacía hasta que sus manos estaban resecas. Pero un día, la idea de que en realidad ese aparato pudiera ser un cañón explosivo de bacterias provocó cierta controversia.
En ese momento, diversas universidades como la de Connecticut y Quinnipiac pusieron placas de Petri al aire del secador de manos y después lo examinaron en el laboratorio. Los resultados mostraron que las placas que colocaron tenían aproximadamente una colonia bacteriana, y eso, estando apagado.
Pero al encenderlo, las cosas cambiaron. Vieron que al encenderlo por 30 segundos, las muestras tenían de 18 a 60 colonias bacterianas. Y es que la mayor parte de las bacterias que nos capturamos, provienen del aire del baño.
Otro aspecto importante a tener en cuenta, es que si no cierras la tapa del inodoro antes de descargar el agua cuando has terminado, haces que los gérmenes se expandan más rápido por el baño. Si no lo haces, consigues que parte de las heces y orina se liberen en el baño y esas bacterias se expandan también por tu ropa y bolsas. Así pues, mejor cerrar la tapa del baño con el pie y tirar la cadena envuelta de papel para que los microbios no escapen del retrete.
Aunque seguramente a estas alturas del artículo ya estés nervioso, cabe decir que muchos de los microbios que encontraron durante el secado son bacterias relativamente inofensivas. Incluso a veces, nos ayudan a fortalecer el sistema inmunológico. Los estudios también recomiendan que usar papel higiénico es una buena opción para secarte las manos, ya que es una fuente menos potente de microbios que los secadores.
¿No has flipado con estos estudios? ¿Tú también te pasarás a utilizar el papel higiénico? Cuéntanoslo todo en los comentarios.
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Fuente: Genial.