Estamos viviendo una época en la que las mujeres, al fin, están pudiendo recuperar algunos de los derechos que, históricamente, les habÃan sido arrebatados. Movimientos como el #MeToo han venido a sacar a la luz algunos de los casos más horribles que se recuerden en lo que a abusos a mujeres en la industria del cine se refiere. Movilizaciones como las del 8 de marzo y todo el malestar generado con el caso de La Manada no han hecho más que zarandear y despertar a una sociedad que, en este aspecto, estaba bastante aletargada.
Ha sido un año complicado y complejo. Se han conseguido muchas cosas pero, a su vez, se han perdido muchas otras. La victoria de partidos que pretenden acabar con las leyes que buscan proteger a la mujer o los continuos casos de violencia machista que vive el mundo y, en concreto, España, siguen siendo más habituales de lo que serÃa deseable y el triste caso de Laura Luelmo no es más que otro ejemplo de ello.
Teniendo en cuenta todas estas cosas, cuesta imaginarse que haya una solución próxima en el tiempo… y cuando vemos vÃdeos como el que os traemos hoy, nuestro optimismo baja todavÃa más.
Se trata de un nuevo caso de violencia machista ocurrido, esta vez, en Argentina. Todo comenzó cuando un señor de avanzada edad, que se encontraba como pasajero en un tren argentino, fue pillado mientras le sacaba fotos con su teléfono móvil a una joven que se encontraba sentada delante de él.
La mujer le recriminó su conducta y, aparte de llamarle la atención, le pidió que borrase las fotografÃas que habÃa tomado sin su consentimiento. El hombre, visiblemente alterado, rechazó borrarlas.
El resto del pasaje, al ver la situación que se estaba generando, también intervino, increpando al señor quien, durante varios minutos, permanecÃa impasible, con una negativa rotunda a deshacerse de las imágenes que no le pertenecÃan.
La escena transcurrió asà durante varios minutos y, como podéis ver en el vÃdeo, la cosa va empeorando poco a poco y los ánimos van caldeándose antes la negativa del hombre a borrar las imágenes y a bajar del tren.
Los pasajeros le gritan que «borre las fotos», a lo que él responde con un «Vos no sos mi dueña», a lo que una de las mujeres ahà presentes le contesta «y usted no es el dueño de esas fotos, asà que bórrelas». Él, con la cara más dura que el cemento reforzado, contesta con un «No». ¿Algo más que añadir? SÃ, el señor añade: «Vos no sabes para qué las voy a usar yo».
En un momento determinado, un agente de seguridad ingresa en el vagón y pide al señor que se baje del mismo, pero él se niega y, tras un forcejeo con el policÃa, el señor inicia lo que es, como mÃnimo, un papel de Oscar.
De la nada, el señor pone una cara de lo más extraña, se lleva una mano al corazón y simula estar teniendo un infarto fulminante. Sus cualidades interpretativas le permiten hacer esto durante 4 segundos antes de que todo el mundo se dé cuenta de que está fingiendo.
¿En qué acaba todo? Pues lo mejor es que veáis el vÃdeo que os dejamos a continuación para que lo veáis con vuestros propios ojos:
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