Llega un momento en la vida de un adolescente en el que le llega la pubertad. Llegas a cierta edad y el cuerpo inicia el protocolo de autodestrucción. Si pudieras oír a tus hormonas, dirían: «¡Atención, esto no es un simulacro! Transformación inminente. Repito, transformación inminente». O también podríamos usar un símil de ordenadores: «Niñez.exe ha dejado de funcionar. Instalando adolescencia.exe. Espere, por favor.»
¿Veis? Es diver hablar de la pubertad cuando uno ya la ha pasado y hace bromas con comparaciones. En el caso de los chicos, les comienzan a salir pelillos por todas partes. Que además hace gracia porque todos quieren dejarse bigote, aunque tal bigote tenga la consistencia del vello de un melocotón. La voz se vuelve más grave y todos se vuelven insoportables.
Pero en el caso de las chicas, tenemos un efecto de la pubertad que no tienen los chicos: la regla. Y aunque esto no es ningún descubrimiento para nadie, la primera vez que ocurre sí que puede ser una sorpresa. Es uno de esos momentos en los que si alguien te ayuda, realmente se lo agradeces. De eso trata nuestra historia hoy, más o menos.
En Reddit, que es el foro más grande que hay en Internet, hay cientos y cientos de subforos. En uno de ellos, llamado «Little humans being bros», que podría traducirse como «personitas siendo colegas» (más o menos) una madre agradecida compartió su historia.
Su hija tuvo un momento vergonzoso que podría haber ido a peor. Por fortuna, un chico compasivo de un curso mayor que ella salvó el día con un gesto amable. Aquí debajo puedes leer esta corta pero conmovedora historia.
La madre continuó con su relato que le había contado su hija.
Podemos pensar que es el tipo de historias que uno tiene que tener como ejemplo de conducta. Además, no es solo buena educación (que también) sino un buen ejemplo de humanidad. Porque en estas circunstancias, lamentablemente, es muy fácil la burla o el desprecio. Pero hay un detallito que nos ha llamado la atención: el hecho de que le diera su jersey para que se tapara la mancha…
Podríamos aprovechar esta historia para recordar que la menstruación es algo natural de lo que nadie se debe avergonzar. Tal vez socialmente la menstruación es vista como algo que se debe esconder y sucio (lo podéis observar en los anuncios de compresas, en la no presencia de ejemplos en series o películas, en cuentos infantiles…). ¿Por qué no vemos a mujeres sangrando? E incluso en nuestra vida diaria, muchas mujeres se esconden la compresa en el bolsillo o el tampón debajo de la manga de camino al baño del trabajo.
Vamos a ver: la menstruación no es ninguna maldición. Tal vez nos visita en el momento más oportuno, sí, pero la regla es una parte natural de la vida de la mujer y no hay que invisibilizarla; debemos mostrar las cosas tal y como son.
Sensaciones como los cambios de humor, la fatiga o los dolores menstruales (recordemos que más del 50% de las mujeres sienten fuertes dolores durante la menstruación) son infravalorados día tras día en nuestra sociedad, mientras nosotras experimentamos los cambios hormonales que nos provoca la menstruación como proceso natural que es. Como veis, esto no se puede pasar por alto, no debe ser objeto de burla ni de broma por parte de nadie, no se puede menospreciar.
¿Por qué deberíamos escondernos? ¿Por qué deberíamos desvalorar la regla? ¿Por qué no deberíamos mostrar la realidad tal y como es? Sí, me ha venido la regla, soy mujer y no es nada malo. ¿Tan escandaloso lo ves?
Ayudemos de una vez a que se normalice y se desmitifique la menstruación. A que deje de ser vista como una carga que debemos soportar las mujeres. La regla forma parte de nuestro cuerpo, no es nada de lo que nos tengamos que avergonzar.
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Fuentes: Bored Panda