Los aeropuertos son como pequeñas ciudades. Llenas de gente y de vehículos. Tiendas por todos lados, comida y ropa (entre otras muchas cosas). Transporte que te lleva de un sitio a otro. Y los gerentes de la terminal son como el gobierno. ¿Veis? Un aeropuerto, especialmente si es grande e importante, es como una pequeña ciudad concentrada en unos cuantos metros cuadrados.
Y como ciudad metafórica que es, tenemos que andarnos con ojo y vigilar. Aunque no por las razones típicas que uno pensaría habitualmente. Hablamos de peligros microscópicos. Esas bacterias que están por todas partes y que pueden contener más peligro de lo que pueden parecer. La verdad es que las bacterias son la verdadera definición de «pequeño pero matón».
Porque una de las cosas más importantes que podemos hacer para prevenir las enfermedades es estar limpio y mantener una higiene consistente. Aquí estamos para advertir sobre uno de los lugares más sucios de los aeropuertos, pero con diferencia.
Ahora estaréis pensando, ¿cuál es ese sitio asqueroso? Y os contestaréis a vosotros mismos con lo típico: el baño. ¡Pues error! No es el baño. Aunque lo pueda parecer, porque ahí dejamos cosas muy feas y malolientes. Y marrones. Y no siempre sólidas. Ahora que os he asqueado lo suficiente, veremos cuál es en verdad, el lugar más sucio del aeropuerto.
Un estudio elaborado hace algún tiempo por Travelmath con el objetivo de determinar el nivel de higiene de aeropuertos y aerolíneas echó por tierra la creencia generalizada de que la mayor concentración de sustancias nocivas tenía como escenario el baño. Sorprendentemente, el análisis elaborado por un microbiólogo determinó que los botones de las fuentes de agua eran los puntos más contaminados de un aeropuerto, mientras que en el interior de un avión, este “privilegio” le correspondía a la mesa plegable.
Pues eso. Las fuentecillas de beber son lo peor. Ya lo sabéis. Ahora andaos con ojo. Bueno, es que, a ver. Era previsible. Ahí va todo el mundo a chupar de la boquilla y deja sus huellas. Tiene sentido. Aunque es cierto que quizás no sea lo más evidente. Lo mismo con las mesas plegables del interior de los aviones.
Pero el estudio se realizó hace mucho tiempo y los datos quedaron obsoletos, en parte. Un nuevo estudio realizado hace poco por InsuranceQuotes.com sacó unas nuevas conclusiones interesantes. Resulta que estudiaron tres de los más importantes (y por ello transitados) aeropuertos de Estados Unidos y descubrieron que el mayor nivel de contaminación (suena terrible, ¿eh?) se encuentra en las pantallas de auto check-in.
Y es que los autores del trabajo han cuantificado el nivel de contaminación alrededor de trece veces más que el registrado en los botones de las fuentes. Usando una escala medidora para este tipo de niveles de suciedad, llegaron a recoger datos de hasta un millón en la escala. Y para que veáis que el baño en verdad no es nada sucio (en comparación), los índices no superaban los 200.
Imaginad la diferencia entre 200 y un millón. Casi nada. Se dice pronto. Eso sí, el baño del interior del avión ya sí que es horrendo. Es el punto más sucio, superando a las mesas plegables de los asientos que se analizaron en el primer estudio. Y ahora que lo sabéis id con ojo en los aeropuertos. ¡Mantened la higiene!
¿Qué os ha parecido? ¿Lo sabíais? ¿Iréis con más cuidado en los aeropuertos a partir de ahora? Dejadnos un comentario en el Facebook.
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Fuentes: La Vanguardia