El mundo de la publicidad y los anuncios es un mundo de fantasÃa. Es que, a ver, no hay otra forma de calificarlo. Se nos trata de vender cualquier cosa a través de una extraña imaginación inventada. Y de ahà vienen los anuncios, queridos niños.
Esta extraña ecuación matemática de Vender Producto + Marketing Absurdo = Clichés de anuncio. Y ya sabéis de lo que hablamos. Porque todos los anuncios lo hacen. O al menos, muchos de ellos lo hacen. Nos enseñan cosas a través de la televisión que no son del todo cercanas a la realidad. Y muchas veces son más falsas que un euro con la cara de Popeye.
Aquà os traemos una recopilación de mano de Genial.guru, de 12 de los clichés más absurdos de la publicidad. Agarraos que vienen curvas.
1Anuncios realistas, volumen I: Nos cepillamos sin pasta de dientes

En nuestra serie de libros de anuncios realistas, comenzamos con un clásico: la pasta de dientes. Porque esto, lo hacen todos. Toda la gente que sale en estos anuncios se cepilla siempre sin pasta. ¡Cuando la están vendiendo!
A ver, entiendo que no es vendible la imagen de alguien con la boca llena de espuma como si tuviera la rabia, pero es que esto ya pasa de castaño oscuro. Es que, nadie, pero nadie, se cepilla asÃ. Sin pasta de dientes.
2Anuncios realistas, volumen II: El blanco combina con el rojo
Ya sabemos de qué van estos anuncios. No nos engañemos. Se entiende que tiene que haber este tipo de anuncios, porque es una realidad, como quien estornuda y necesita pañuelos. El único problema, es que nos venden también la imagen, de que en los dÃas que ocurre, pues las actrices de los anuncios tienen una absurda tendencia: la de vestir de blanco.
Y aunque pueda parecer que es un buen color para vestir, lo dejaremos con que el rojo deja mucha mancha en un blanco impoluto.
3Anuncios realistas, volumen III: Desafiar a la gravedad con la cuchara

En muchos anuncios de helados y yogures hacen esto. Doblar la cuchara para comer. Y es lo más absurdo del mundo. Porque te la estás jugando. Porque se caerá. Y te mancharás.
Como lo harÃas en la vida real. Los anuncios, como desafÃan las leyes de la fÃsica, se lo pueden permitir. Pero nosotros los mortales, no tenemos esa suerte.
4Anuncios realistas, volumen IV: Cabello de divina, cosa fina
Miradle la cara. Queda, claro, ¿no? No hay nada más placentero que tocarse el pelo. Sobre todo con una mano y cerrando los ojos como una mujer aristócrata de la Francia del siglo XVIII. Y eso es lo que nos quiere vender el mundo de la publicidad.
Es ponerte el champú y te sublimas. Ya lo hacÃa una conocida marca, que ya sabéis a cuál me refiero.
5Anuncios realistas, volumen V: No bebemos como los humanos
¿Pero qué les pasa con su fobia a las asas de las tazas? Yo no lo entiendo. ¿Pero quién bebe as� Mira, si fuera un bol, aún. Pero con una taza, no. Si es que se puede ver hasta en la foto.
Y si estás bebiendo algo caliente, te quemas los dedos. Que para eso están las asas. O asa, en singular, dependiendo de la taza que tengas. Pero no, en el mundo de la publicidad no son humanos y pueden beber fuego.
6Anuncios realistas, volumen VI: Lavarse la cara con una cascada

Pero, a ver. ¿Se ha lavado la cara esta gente alguna vez? Yo no entiendo a los publicistas. Intentan venderte algo, haciéndolo lo más surrealista posible. ¿Quién en su sano juicio hace esto?
Entiendo que tengas que lavarte la cara con mucha agua, pero esto es demasiada agua. Y no sabÃa que se disfrutaba tanto con el agua. Porque sinceramente, cuando se hace es porque te acabas de levantar o tienes que lavarte.
7Anuncios realistas, volumen VII: La caspa te invalida como ser humano
¿Tienes caspa? Estás perdido. Ya está. Sentenciado. Vete a Siberia y no vuelvas, porque según los anuncios de la prevención y/o eliminación de la caspa, te lo pintan asÃ. Además es curioso, porque lo ponen como si fuera peor que la calvicie. Y aunque entiendo que puede ser molesto o incluso desagradable la caspa, tampoco es para tanto. Ah y encima es un poco en contraste con el volumen II de la serie. Como tienes caspa, olvÃdate de usar ropa negra, porque tendrás montes de nieve en tus hombros.
8Anuncios realistas, volumen VIII: Las mujeres supermercado

Sà que es cierto que muchos bolsos de mujeres pueden contener un montón de cosas diferentes. Son como inventarios llenos de objetos útiles pero que nunca se sabe cuándo lo serán. Bueno, como el de Mary Poppins, pero no tan mágico. Pero los anuncios nos dan la impresión de que las mujeres llevan casi el supermercado en el bolso. Tienen de todo. Y a mano, además.
¿Necesitas pañuelos? Aquà tengo. ¿Te falta detergente? Me sobra un cazo. ¿Te molestan los bichos? En el bolso tengo matainsectos.
9Anuncios realistas, volumen IX: En las montañas de la locura de la ropa sin lavar
Al parecer, según los anuncios, la gente tiene en casa unas cestas con ropa que nunca se acaban. Y todos son blusas de colores claros, para que se vean bien las manchas. Pero lo peor de todo es que son cestas infinitas de ropa.
¡No se acaban! ¡Socorro, auxilio! La ropa no se acaba. Las blusas, me susurran. Me dicen que las lave. ¡Que lo lave todo! Pues eso, locura es lo que es esto.
10Anuncios realistas, volumen X: El euro en la hucha y la canción en la ducha
Ah, sÃ. El clásico de la ducha. Este, tal vez sea el más cercano a la realidad. Aunque eso no es decir mucho. Todos conocemos el tópico de cantar bajo la ducha. Todos lo hemos hecho alguna vez. Pero no siempre lo estamos haciendo. Porque eso es lo que nos quiere hacer creer el mundo de la publicidad. Que ducharse parecer ser una aventura. Parece convertirse en una experiencia divertidÃsima. Y a ver, que la ducha está bien, pero que tampoco es para tanto.
11Anuncios realistas, volumen XI: La depilación fantasma
Aquà ya hemos llegado al apogeo de lo absurdo. A su cúspide. A su cima más absoluta. Depilarse con las piernas ya depiladas. Dejad de pensar en ello, porque el sentido hace tiempo que se perdió. Ya sabemos por qué lo hacen. Porque no queda bien, en pantalla, ver una pierna con pelos. Porque ya estamos acostumbrados a verlo. Y claro, eso queda. Pero, es que, no sé. ¿Veis? La absurdidad me deja sin palabras.
12Anuncios realistas, volumen final: Oler bien te asegura el éxito

Este último ejemplo, hay que admitir que no es tan malo. Porque hay que ser creativo a la hora de vender un producto de olor. Porque, ¿qué vas a decir? «Compra esto, olerás bien.» No es muy convincente. Es como los anuncios de los perfumes. Que los anuncios parecen escenas de pelÃculas europeas sin contexto. Es decir, no entiendes nada. Son personas con un filtro sepia haciéndose los interesantes. Es que hay que ser asà para vender un olor. Porque no se puede transmitir a través de una pantalla.
¿Qué os ha parecido? ¿Qué otros clichés de los anunciantes os parecen absurdos? Decidnos algo en los comentarios.
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Fuente: Genial.guru