Vivir en un cuerpo que no te pertenece, no poder ser a los ojos de los demás quien realmente sientes que eres, es algo que no es fácil en absoluto. Es vivir con una ‘mochila’ constante que pesa cada dÃa un poco más. Si, además, tienes una gran familia, con mujer e hijos, el darte cuenta en un momento determinado que ya no puedes seguir con esa farsa, que debes cambiar, las cosas se pueden hacer más complicadas todavÃa. La historia que os traemos hoy habla de esto: de la lucha, de la caÃda y del resurgir de alguien que no era quien pensaba hasta que ya tenÃa una edad más o menos avanzada.
El protagonista de hoy es un canadiense que, casado y con siete hijos, ha decidido dejar su vida atrás y emprender su sueño de ser una niña de seis años.
Stefonknee Wolscht, de 52 años y natural de Toronto, afirma que se dio cuenta de que era ‘trans’ a la edad de 46 años. En ese momento, dejó a su mujer después de que esta le dijese que ‘o paraba de ser trans o lo dejaba’.
Ahora Stefonknee vive con unos amigos a los cuales llama ‘mamá y papá adoptivos’ y vive como una niña de seis años, vistiéndose con ropa de niña y pasando el tiempo coloreando y jugando con sus nuevos ‘papás’.
Dice que vive como una niña pequeña porque fue algo que nunca pudo hacer cuando iba a la escuela, pero que siempre le habrÃa gustado poder hacer.
«No puedo negar que estuve casado, no puedo negar que tengo hijos. Pero he decidido dar el paso ahora y ser un niño, no quiero ser un adulto por ahora».
«Tengo una madre y un padre (nuevos) que están completamente cómodos conmigo siendo una niña pequeña. Y sus hijos y nietos lo aceptan sin problemas».
Explica que antes habÃa vivido como una niña de 8 años, hasta que la nieta de sus padres adoptivos le pidió si podÃa ser su hermana pequeña.
«Un año atrás, yo tenÃa ocho y ella tenÃa siete. Pero un dÃa me dijo: ‘quiero que seas mi hermana pequeña, asà que tendré nueve’. Y le dije: ‘Bueno, no me importa tener seis’. Asà que he tenido seis desde entonces».
En invierno, Stefonknee gana dinero limpiando nieve y cuando está en casa con su familia adoptiva, colorea y hace ‘cosas de niños’.
«Es algo llamado terapia de juegos. Sin medicación, sin pensamientos suicidas. Solo tengo que jugar».
Antes de ser Stefonknee, su nombre era Paul, trabajaba como mecánico y era miembro destacado de la iglesia católica. Explica que ya se sentÃa trans antes de casarse, pero no acababa de entender qué significaba eso y ser diferente lo aterrorizaba.
Para ella fue un proceso largo y delicado. Perdió a su familia, intentó suicidarse hasta en dos ocasiones y vivió como un indigente durante meses. Pero todo cambió cuando encontró el apoyo de la Metropolitan Community Church de Toronto, donde gran parte de la congregación estaba compuesta por miembros LGTB, los cuales formaron un grupo especial de apoyo para ella. Desde entonces es feliz siendo quien realmente es con su nueva familia y su nueva vida.
A vosotrxs, ¿qué os ha parecido esta historia? ¿Qué le dirÃais a este padre?
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Fuentes: dailymail