Los 10 tipos de personas que puedes encontrarte en el gimnasio

Este prototipo de habitante de los gimnasios puedes detectarlo fácilmente. Los integrantes de este grupo suelen ir vestidos como si fuesen a un gimnasio en los años 70, solo utilizan mancuernas inferiores al kilo de peso y no son capaces de utilizar correctamente ni una sola de las máquinas de la zona de musculación.

Este es el tipo de persona que más suele rondar por esos lares. Se trata de un ser que ha nacido para estar lleno de sudor y venas a punto de estallar. Va completamente equipado como si fuese a correr una maratón y tiene el carnet de socio premium del Decathlon. Lo más probable es que sea una persona horrible.

Es ese personajillo que acaba de ‘desvirgarse’ en el mundo de las mancuernas y los press de banca. Lo más habitual es divisarlos enredados como nudos marineros en medio de máquinas cuyo funcionamiento no entienden. Dan algo de pena por lo que, si los veis, no los grabéis con el móvil; id a ayudarlos.

Hay personas que solo van al gimnasio a llamar por teléfono y gritar desde la cinta de correr como si no hubiera un mañana. ¿De verdad no pueden hablar en otro momento del día?

Se trata de ese pobre diablo que, tan solo de respirar, ya transpira como si de una regadera se tratase…. pues imaginaros si se echa a correr o se apunta a una clase de spinning… Se requieren tres o cuatro personas de limpieza para arreglar el estropicio.

Se trata del pequeño ejército formado por todas esas personas (por algún motivo, normalmente mujeres) que son las únicas que asisten a las clases de yoga. Son pura paz y perfección. Seres superiores que no se mezclan con el resto del gimnasio.

Es muy fácil de identificar: su torso es hercúleo, como si de un semidios griego se tratase. cada uno de sus músculos es del tamaño de la barriga de una mujer que está en el noveno mes de embarazo, pero sus piernas… son como dos apoyos mínimos para sostener, a duras penas, la pesada escultura que hay más arriba. Es como un mosquito con hipertrofia. Ya nos entendéis.

Esa típica persona que va unos 15 minutos a la semana y que más que un inscrito parece un socio inversor, ya que paga… pero no va. Corre 10 minutos y luego se zampa dos hamburguesas pensando que el puro hecho de ir al gimnasio ya hace que las calorías desaparezcan. Pobre de ellos.

Se trata de ese ser que va al gimnasio… a dios sabe qué. Circula de un lado para otro y no hace absolutamente nada. De hecho, no va ni vestido de deporte. Un día, de repente, desaparece y por los pasillos del gym se comenta que, muy probablemente, lo han metido en la cárcel.

Como bien dirían los Vengamonjas, este es el tipo de seres despreciables que solo van al gimnasio a ponerse guapos y sacarse fotos para Instagram. Es muy raro verlos haciendo algún tipo de deporte y, si lo hacen, es porque están granando un Storie. Mardisión gitana pa’ ellos.

A vosotroxs, ¿qué os han parecido estos ‘estereotipos’? dejádnoslo en los comentarios de Facebook. 

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Fuentes: Buzzfeed, Vitonica.