La tecnología casi siempre mola, lo que a veces no nos gusta tanto es el uso que se hace de ella. Este es un debate que, sobre todo en el contexto actual, está muy presente en nuestro día a día.

El caso que veremos hoy trata sobre los drones y. específicamente, la utilidad que pretenden darle en uno de los países que más rápido está creciendo, sino el que más. Estamos hablando de China.

Aparte de la situación que veremos a continuación, la legislación sobre los drones en general ha generado polémica en todo el mundo, tanto por la ocupación que hacen del espacio aéreo como por la cantidad de accidentes desafortunados que pueden provocar.

En cuanto al uso de los drones por parte de las fuerzas de seguridad hay mucha controversia ya que, aunque el objetivo es hacer que las ciudades sean más seguras, existe el peligro de que algunos gobiernos muy autoritarios puedan usarlos para controlar de forma abusiva a la población y coartar la libertad de sus ciudadanos.

Esta controversia que, de momento, era algo teórico, está cogiendo un sentido práctico a raíz de que China ha desarrollado un prototipo de dron que consiste en avanzado modelo con forma de paloma que ya hace vuelos de testeo por los cielos de la región de Xinjiang.

Para muchos puede resultar sorprendente, pero sabiendo que este proyecto está siendo desarrollado por el mismo país que se rumorea que está creando una enorme base de datos para poder identificar a todos los ciudadanos mediante reconocimiento facial, ya no nos parece tan extraño.

Este dron volador no se ha creado con fines militares, sino que, precisamente, su función será la de espiar a los 1.400 millones de habitantes que hay en coloso asiático.

Estos robots tienen una tecnología que les permite evadir la detección humana, pero no solo eso, sino que también puede esquivar los radares y es muy silencioso. Pero ¿Cómo?

Según lo indicado, son capaces de imitar el 90% de movimientos reales que realizan estos animales, de hecho, el trabajo es tan fino que incluso las palomas de verdad se sientan cómodas a su lado.

Este programa de pájaros-robots-espías ha recibido el nombre de “Dove” (que, como muchos sabréis por la marca de cosméticos, significa paloma en inglés) y se ha creado desde la Universidad Politécnica de Northwestern en Xian, que ya fue la encargada de dirigir el programa J-20 Stealth Jet, que se basaba en la creación de un caza chino supersónico indetectable.

Puede que todo esto os suene a película de ciencia-ficción, pero la realidad es que, aunque a pequeña escala, este programa de drones está siendo testeado a día de hoy.

¿Cómo funcionan estas palomas y cómo consiguen información?

Estos espías del aire pesan aproximadamente 200 gramos y tienen una envergadura de unos 50 centímetros que, gracias a su reducido peso, son capaces de volar a una velocidad de 40 kilómetros por hora durante un máximo de 30 minutos. Para capturar lo que sucede a su alrededor cuentan con una cámara de la más alta definición, un sistema de GPS y control de vuelo y la capacidad de recibir y enviar información por satélite.

Por desgracia para el resto de la humanidad, China no tiene la exclusiva de esta tecnología, de hecho, en 2013, Estados Unidos hizo una apuesta por un modelo parecido a un ave de rapiña pero, por lo visto, era un prototipo bastante más cutre que el que va a usar China.

En cualquier caso, esperamos que se apruebe la legislación necesaria para que, en este caso, los drones sean un invento que resulte positivo para la sociedad, en vez de una herramienta de dudosa validez ética.

¿Qué opináis de este uso de los drones? ¿Os preocupa o creéis que todo va a favor de nuestra seguridad? Dadnos vuestra opinión en los comentarios. 

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