Las personas van y vienen a lo largo de nuestras vidas. Nada es permanente, por lo que debemos acostumbrarnos al constante cambio. Los vaivenes son nuestro dÃa a dÃa y, si no fuese por esto, no evolucionarÃamos en ningún aspecto. Hay gente que entra y sale de nuestra rutina; familiares, parejas o amigos. Pocas cosas se quedan para siempre más allá de nosotrxs mismxs. Pero, si hay algo que, tanto en vida como después de esta se quede en nuestros corazones, eso es nuestro querido gatito Flurflils.
Nuestra protagonista de hoy sabe mucho de eso. Por más que pasen los años para ella; por más que su alma sufra por parejas que van y vienen; ella siempre tiene (y tendrá) a su lado a su gatito Woof.
Forsberg vio por primera vez a Woof cuando ella tenÃa tan solo 10 años de edad. Sus padres lo adoptaron cuando tan solo era una crÃa, una gatete minúsculo y, desde entonces, ha sido el amo y señor de su casa.
«Él era el gato más cariñoso y afectivo que habÃa visto en mi vida y siempre reclamaba atención», explicaba Forsberg. «Hasta nuestros amigos a los que no les gustaban los gatos lo amaban».
Woof y Forsberg crecieron a la vez y él la acompañó a lo largo de toda su adolescencia y cumplió los 20 años a su lado. Incluso cuando se mudó con su novio, el gatete siempre ocupaba un lugar importante en su corazón.
Woof, para ella, era irremplazable… a diferencia del chico con el que estaba compartiendo su vida. Ella y su novio habÃan estado juntos más de cuatro años y, al final, decidieron dejarlo y coger caminos separados.
El problema aquà es que, después de tantos años, el exnovio de Forsberg habÃa formado una parte muy activa de la vida de su familia, por lo que salÃa en muchÃsimas de las fotos que se habÃan hecho a lo largo de toda esa relación.
«Una de mis principales preocupaciones en ese momento fue: dios mÃo, ¡si está hasta en las fotos de bodas!», pero Forsberg tenÃa una idea que le habÃa dado su hermana y pensaba ponerla en marcha de inmediato.
Su hermana Emily, a modo de sorpresa, se adelantó a los deseos de Forsberg y le editó todas las fotos de las bodas en las que salÃa su expareja y, en su lugar, colocó al gatete Woof en diversas posiciones, encajando perfectamente en cada una de las tomas.
¿ExistÃa un resultado mejor que este? «Emily es una persona muy creativa y mi familia siempre tiende a lidiar con las situaciones complicadas utilizando el humor. Por ello, a pesar de que por aquel entonces yo estaba bastante desanimada, esto me sacó una gran sonrisa y se lo agradezco mucho».
A pesar de que Woof fue un gran añadido que mejoró dichas imágenes, Forsberg asegura que ella no siente rencor hacia su expareja: «No tengo sentimientos negativos hacia él».
Pero las fotos de la boda fueron solo el principio y Emily, poco a poco, fue reemplazando todas las fotos en las que salÃa el antiguo novio de su hermana, por la figura gigante de un gato muy cariñoso (aunque algo más peludo).
«Ahora también ha amenazado con reemplazar al novio de nuestra otra hermana, Cris, pero esperemos que no sea necesario, ya que se acaban de comprometer», explicaba Forsberg con su particular sentido del humor.
Lastimosamente, el año pasado, Woof pasó a mejor vida a la edad de 16 años, por lo que estas composiciones tienen un mensaje que va más allá de lo meramente humorÃstico. «Es una buena forma para él de ser recordado. Woof me amaba a mà y a mi familia de forma incondicional y siempre estaba por ahà dando afecto a todo el mundo. Siempre busco fotos para explicar historias divertidas sobre él de todos esos hermosos años».
Forsberg sentenciaba: «La verdad es que no me sentà asà ni por mi ex un año después de dejarlo».
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Fuentes: The Dodo, Animal Channel.