Podríamos considerar que el hipo es lo más parecido que existe a una posesión demoníaca. Al igual que con el demonio, existen ciertas formas de expulsarlo, aunque el proceso no siempre es el mismo y, a menudo, hay que probar cual es lo solución que mejor nos va a nosotros. Pero vamos a empezar resolviendo la siguiente pregunta: ¿qué es realmente el hipo?

Aunque los científicos no han logrado ponerse de acuerdo sobre cómo tratarlo, se trata de un espasmo auditivo que se produce cuando el diafragma y los músculos que hay entre tus costillas se contraen. Esto hace que tu glotis (el espacio entre tus cuerdas vocales y tu laringe) se cierre de golpe, lo cual crea el efecto que experimentamos en nuestro cuerpo.

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Ahora que sabemos lo que es ya podemos centrarlo en cómo detenerlo. Puede que nos dé un ataque de hipo justo en el momento en que tenemos que hacer una presentación, cuando hemos quedado con una cita de Tinder o cuando estás a punto de decirle a tus padres que vas a tener que repetir curso. En ese momento, solo nos suelen venir a la cabeza uno o dos métodos para hacer que paren, es por eso que, a continuación, os explicaremos siete formas de acabar con esta tortura. Empezamos:

1Cierra la cara

No hace falta que dejes de respirar. Simplemente tápate la boca y la nariz con las manos sin dejar de inspirar o espirar para aumentar la cantidad de dióxido de carbono que respiras y así lograr quitarte el hipo de encima.

2Usa las manos

Presiona la palma de tu mano con el pulgar de la otra tan fuerte como te sea posible. Esto creará una sensación de incomodidad que hará que tu cerebro y tu sistema nervioso se despiste, pudiéndote librar de ese “tic” tan molesto. Además, a diferencia de los otros métodos, este puedes aplicarlo en sitios públicos sin que te miren raro.

3Aguanta la respiración

Este seguramente os lo sabéis todos. Cuando no respiramos, aumenta el dióxido de carbono en nuestros pulmones haciendo que el diafragma se relaje, cosa esencial para hacer que el hipo pare de incordiarnos.

4Saca tu lengua a pasear

Con eso no nos referimos a que practiques el cunnilingus (aunque, si puedes, no te diremos que no lo hagas, a poder ser, aguantando la respiración). Sacar la lengua es un ejercicio que muchos cantantes hacen para estimular la apertura de las cuerdas vocales, haciendo que respires de forma más suave.

5Tápate los oídos

Pide disculpas a las personas que estén contigo para evitar malentendidos y entonces ponte los dedos en las orejas durante 20 y 30 segundos. De vez en cuando, presiona suavemente la parte trasera de tus lóbulos auriculares ya que, de esa forma, el cerebro envía una señal de relax al diafragma mediante el nervio vago.

6Bebe agua

Si tomas pequeños sorbos rápidos de un vaso de agua logras que, de alguna manera, esas contracciones se “sobreescriban” encima de los espasmos causados por el diafragma.

7Tápate los oídos y bebe agua

Como todo en la vida, cuanto más, mejor. Si ninguno de los remedios caseros ha funcionado, prueba a unirlos entre ellos. Por ejemplo, ponte los dedos en las orejas mientras tomas sorbos con una pequeña pajita.

Si, pese a todos estos consejos, sigues teniendo problemas con el hipo, solo podemos acompañarte en el sentimiento y desearte lo mejor en una vida llena de dolor y agonía.

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Fuentes: readersdigest, thisisinsider