First Dates es un show que siempre nos brinda carnaza de la buena. No es que su contenido televisivo sea un bistec, sino más bien un buffet libre de todos los fast-food del mundo, pero, sin duda, entretiene y da para un poco de charla barata una vez finalizado cada programa.

Cuando creíamos que el formato no nos podía sorprender más, ha aparecido una cita dispuesta a reventar nuestras expectativas.

En este caso, Tania ha sido la protagonista, una soltera (cosa que, como veréis a continuación, no nos resulta extraña) de 39 años de edad que participó en una de las citas más tensas que hemos visto en el programa.

Obviamente, esta desconfianza inicial ya hizo que los espectadores vieran en ella una actitud muy poco sana y que, conforme el programa avanzaba, se iba volviendo aún más deleznable.

Nada más llegar al restaurante, Tania le enseñó al presentador, Carlos Sobera, la lista de preguntas que tenía preparadas por si en algún momento la cita quedaba parada y no sacaban temas de conversación con la pareja que le iban a asignar ¿Sus requisitos? Le encantaría un hombre que «no fuera perfecto, ni rencoroso y que le comprendiera». Suerte.

Su cita llegó un poco más tarde y, de entrada, quedó fascinado con ella. «Es un bellezón, impresionante, muy divertida». Ella, en cambio, afirmaba que «era un caos».

De hecho, le propuso hacer un brindis pero ella respondió ¿Con agua? Ay, qué fracaso de cita». Tras varias preguntas y antes de sentarse a la mesa, ella le dejó completamente descolocado con su comentario: «Perdona, eh, pero es que por todo lo que me estás contando te veo de pareja ideal de una chica que conozco«.

Por lo visto, Tania consideró que la cita no arrancaba porque no tardó nada en empezar su cuestionario particular.

«Dime algún hobbie tuyo que no sea viajar, leer o hacer deporte, por favor, sorpréndeme». Él dijo que le gustaba pasear por el rompeolas de Barcelona y ella creyó conveniente valorar esta rutina suya como un «suficiente bajo».

Pero la mujer no solo era muy irritante, sino que resultó ser una maleducada. Ella le preguntó si había algo de lo que se arrepientiera en cuanto al amor y él le explicó que decidió no tener hijos debido a que estuvo pasando por una enfermedad.

Cuando Toni se iba a abrir para contar su historia, ella le espetó lo siguiente: «Pero no, no, fuera dramas. En una primera cita no me expliques ni la medicación que me han dado, ni del proceso…». Él no supo qué decir y se quedó estupefacto, al igual que todos los espectadores.

Pero luego llegaron a las preguntas tipo test y, para que os hagáis una idea, esta era una de ellas.

“A mí me gustan las tortillas francesas muy hechas, y un día te pido una y me la haces semicruda. Yo me enfado y te la tiro a la basura, ¿qué haces? a) me mandas a tomar viento, b) dices que no es para tanto y me haces dos».

Él siempre respondía la pregunta “correcta” y ella mostraba su enfado porque decía que nadie era perfecto y que algo no le cuadraba. A todo esto, Toni estaba desconcertado y confuso sin saber si era una broma o una cámara oculta.

Finalmente ella explicó que el test era una trampa y que nadie era tan perfecto como para tener siempre esas respuestas tan bonitas. Cuando llegó el momento de la verdad donde tocaba decidir si querían una segunda cita, Toni lo tenía muy claro: «Con la situación que he vivido obviamente no la tendría porque no somos afines”.

Ella, por su parte, empezaba diciendo que sí… pero luego aseguraba que era una broma.

Las redes sociales no han sido tan amables y condescendientes y se enseñaron con ella calificándola como una de las personas más despreciables que han pasado por el programa.

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Fuentes: huffingtonpost, vertele

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