Menos en algunos casos aislados, hacerse un piercing o un tatuaje tiene únicamente un valor estético o, como mucho, sentimental, pero nunca funcional. Si se trata de tinta o agujeros no hay problema, pues es una moda actualmente aceptada por todo el mundo, pero cortarse el dedo por estética ya es llevarlo a otro nivel.
Torz Reynolds explica que llevaba tiempo ya pensando en hacerlo porque le parecía que quedaría mono. Así que la taxidermista decidió anestesiarse el dedo y cortárselo ella misma.
Hace poco cumplió un año desde que se lo rebanó y ha realizado varias acciones relacionadas para celebrar este peculiar aniversario.
Cuando se cortó el dedo, lo guardó en el congelador junto a una bolsa de guisantes y en esta fecha tan especial ha decidido ponerlo en un bote de cristal lleno de alcohol y hacerse un colgante.
“Ya que lo estaba guardando, al menos lo aprovecho para hacer algo con él. Y pensé en un colgante”.
Pero sin duda lo que no tiene desperdicio es el regalo que su novio le ha hecho.
Una colección de gorras para su medio-meñique, algunos emulan los disfraces del grupo Village People aparte de otros sombreros varios.
Su familia no lo entiende, pero a ella le da igual.
Y es que Torz no es la primera vez que tiene una salida de tono con mutilación de por medio. Ya os contamos como, hace cuatro años, se cortó un trozo de piel en el que llevaba un tatuaje con el nombre de su exnovio, para, al enterarse que la dejó por otra, enviarle el trozo de dermis por correo.
Obviamente, ninguna de estas acciones la ha realizado un médico o cirujano. Pero Torz ha demostrado que no tiene miedo a autolesionarse, siempre que sea usando anestesia.
¿Conocéis a alguien que haya cometido alguna locura parecida? Explicádnoslo en los comentarios de Facebook.
