Un hombre que trabajaba en una morgue fue despedido tras descubrir que mantenía relaciones con el cadáver de una estrella de un reality show que fue asesinada.
En 2008, Oksana Aplekaeva fue encontrada muerta en Moscú pero nunca encontraron su asesino. La mujer de 31 años había participado en Don-2, la versión rusa de Gran Hermano.
El cadáver fue exhumado debido a que nuevas informaciones sobre su asesinato salieron a la luz. Fue entonces cuando descubrieron que su cuerpo había sido violado posteriormente a su muerte.
El culpable es un técnico de la morgue, identificado debido a unas pruebas de ADN que confirmaron el acto necrofílico.
Obviamente, el trabajador fue despedido de forma fulminante. El técnico declaró lo siguiente:
“No puedo discutir con la ciencia, hice lo que hice y estoy pagando por ello. No he podido encontrar otro trabajo durante los últimos 3 meses y mi mujer me ha dejado y no sé donde está”.
No hay datos que prueben que el empleado haya mancillado otros cadáveres o que haya tenido algo que ver con el asesinato de la famosa.
Más allá de la vergüenza pública y la pérdida de su trabajo, el técnico no sufrirá ninguna repercusión legal ya que la necrofilia no está penada en Rusia.
El Código Penal de España establece en el artículo 526 que: “Faltar al respeto debido a la memoria de los muertos, violar los sepulcros o sepulturas, profanar un cadáver o sus cenizas con ánimo de ultraje, destruir, alterar o dañar las urnas funerarias, panteones, lápidas o nichos, será castigado con la pena de prisión de tres a cinco meses o multa de seis a 10 meses.”
Como detalle, añadir que, por asqueroso que nos parezca al resto, la necrofilia no está relacionada con tendencias psicopáticas sino más bien con tener tocamientos con una pareja que no se resista.
¿Debería Rusia emular a otros países y penar la necrofilia? ¿Deberían hacerse tests psicológicos más exhaustivos a los que trabajan en morgues? Dadnos vuestra opinión al respecto en los comentarios de Facebook.